Solo una de las tantas historias de comunidades afectadas por el cambio climático: la de les wayuu, contada en este informe de la Deutsche Welle. “En la Guajira, al norte de Colombia, hogar de los wayuu, la temporada de lluvias es el mejor momento para sembrar, pero hace años que el agua no llega. Ramón y su comunidad recuerdan a sus ancestros con bailes mientras la esperan y amplían los aljibes o jagüeyes para acumular más agua si finalmente llueve. Los lagos estaban reservados para la siembra y el ganado. ‘El agua de aquí la usábamos solo para los chivos. Estamos cavando para que cuando llueva tengamos más agua; si no llueve tendremos que usar lo que nos queda para cocinar y para tomar, es por eso que ya no podemos sembrar’. La escasez de agua obligó a las comunidades a enviar a los niños a lugares donde puedan alimentarse mejor (…) Por eso buscan desesperadamente cualquier tipo de fuente de agua”.