Esta me la regaló Julieta Krapovickas, que la pescó en este artículo de Hugo de los Campos, en La Diaria. “Agnotología significa estudio de la ignorancia o de la duda inducida. El término fue acuñado por Ian Boal en 1992. (…)
El origen de la disciplina se vincula a la industria tabacalera. Concretamente, a la estrategia que aquella llevó adelante para contrarrestar la evidencia que a mediados del siglo pasado comenzó a producirse respecto de los efectos cancerígenos del alquitrán. Reunidos en su momento los principales productores de cigarrillos, acordaron destinar cantidades gigantescas de dinero a financiar investigación científica sobre el cáncer de pulmón sometiendo a prueba las más variadas hipótesis distintas de la que sostiene que la causa es el alquitrán. (…) El caso se cerró de modo contundente cuando un funcionario anónimo de una tabacalera entregó a la Justicia estadounidense copia de conversaciones privadas de directivos de la industria, donde manifestaban abiertamente que se trataba de una estrategia para generar dudas, no limitando la investigación sino desviándola hacia hipótesis de cualquier tipo. (…)
Aunque esta estrategia fue desbaratada, se replicó en otros campos. La investigación sobre cosas distintas de los agrotóxicos como causa de la muerte de especies autóctonas, cosas distintas que el bisfefenol A como causa de desequilibrios hormonales, incluso cosas distintas que las emisiones de CO2 como causa del calentamiento global, fue desarrollada a gran escala. En todos los casos se siguió el mismo patrón que en el episodio conocido como Gran Tabaco. (…) Como un estudio que demostró que los nacidos en marzo tenían más chances de desarrollar cáncer de pulmón.” Aquí un ejemplo pandémico.
El término, desarrollado también por el especialista en historia de la ciencia Robert Proctor, designa tanto a la “produccción cultural de la ignorancia” como a su estudio.
Un memorándum interno de la tabacalera Brown & Williamson de 1969 decía: “La duda es nuestro producto”.