“Fase 4: cómo se hace farmacovigilancia de vacunas para el CoVid-19 en la Argentina pandémica”, afirmaba ayer Julieta Roffo en ElDiarioAr. “’La fase 4 de una investigación de vacunas es un proceso menos controlado que todo lo que ocurre hasta la fase 3, donde se compara el efecto de esa fórmula con un placebo. En la fase 4, con una base mucho más masiva de personas que reciben esa dosis, se investiga principalmente dos cosas: qué efectos adversos leves y graves se producen y cómo impacta la vacunación en el número de hospitalizaciones, de pases a terapia intensiva, de casos positivos confirmados y también de muertes”, explica el médico infectólogo Eduardo López, integrante del comité de expertos asesor del Ministerio de Salud de la Nación”
Roffo cita un informe de vigilancia de seguridad en vacunas elaborado por la Dirección de Control de Enfermedades Inmuno Prevenibles (DiCEI) y la Comisión Nacional en conjunto con la Comisión Nacional de Seguridad en Vacunas (CoNaSeVa), que sostiene que hasta el 30 de junio de este año se habían producido 48.345 casos de eventos supuestamente atribuidos a la vacunación, sobre un total de 20.543.325 dosis aplicadas: 253 casos cada cien mil dosis.
Lo bueno de la farmacovigilancia es que los vigilados sean los fármacos, y no nosotres por medio de ellos, como la palabra me hacía sospechar.