El miércoles Infobae, La Nación y BAENegocios publicaron la leyenda del unicornio rosa. Según decían, la mendocina Silvana Moschini abrió una ronda de inversión privada para su empresa Transparent Business, que llegó a una “valuación ‘de facto’” (La Nación dixit) de 1000 millones de dólares. Esto la convertiría -con acento en el ía- en el primer “unicornio rosa” de América latina: la primera empresa valuada en mil millones de dólares fundada por una mujer de esta región.
Según dijo Moschini a Infobae, Transparent “facilita la gestión del trabajo a distancia y permite contratar talento bajo demanda”. “Administrar la mano de obra virtual y evitar la sobrefacturación es uno de los desafíos más importantes de esta modalidad”, explicaba a Iprofesional en 2012 el empresario ruso Alex Konanykhin, marido y socio de Moschini. Hablaba de Transparent Billing, un software desarrollado por su empresa KMGi. En la misma nota, Moschini proponía “asegurar la rentabilidad y permitir la sustentabilidad de los negocios”. Para esto, venden software que captura fotos de las pantallas de las computadoras de los trabajadores y miden la actividad en el teclado. En este video Moschini explica que lo bueno es que en vez de espiar toda la actividad del trabajador, se registra solo la de las horas que factura. Menos mal que la neurotecnología todavía no es taaan barata.
Hoy Transparent Business es una empresa y Konanykhin su cofundador, aunque este dato está bastante escondido; decir “unicornio rosa y celeste” tiene menos gracia. Konanykhin fundó en 2010 Wikiexperts.us, una empresa para escribir por encargo artículos corporativos para Wikipedia que Wikimedia rechazó.
Ante la publicación a coro, el emprendedor Santiago Siri salió con los tapones de punta a denunciar que Transparent Business era “una estafa piramidal”. Infobae entonces publicó una nota sobre la “polémica” con un textual de Moschini: “Hemos recibido USD 500 mil en la preventa de acciones y esperamos completar la ronda en noviembre.” El famoso unicornio rosa invisible.