“Las etapas de la vida no son las mismas en la pobreza más dura que en la pobreza intermedia, y ni que hablar en las clases medias. En las clases medias la adolescencia dura prácticamente hasta que el joven así lo desea. Se prolongan todas las etapas: el chico es chico un montón de tiempo, después es adolescente un montón de tiempo, y después es joven un montón de tiempo. La clase media siempre se siente joven para irse de la casa, cada vez se va más tarde; se siente joven para casarse, y cada vez se casa más tarde; y se siente joven para tener hijos, y cada vez tiene hijos más tarde. (…) Esa es la dirección del mundo más rico, pero en las clases bajas nunca pasó. El pibe, a los doce, trece, catorce años, ya deja de ser parte de las criaturas de la familia. En esto pido que presten mucha atención hace un montón de tiempo, porque en las familias pobres no hay bebé, niño, adolescente, jovencito, adulto. No. En las familias más pobres hay criaturas o hay grandes. Hay criaturas o hay grandes. Entonces, si hay un mango, bueno, primero están las criaturas; si hay para comer, primero están las criaturas; si hace falta comprar algo, primero están las criaturas. Y después están los grandes. El tema es que esta línea, de cuándo dejás de ser criatura, cuándo pasás a ser grande, obviamente es mucho menor que en las clases medias. Y como las medidas suelen ser tomadas por las clases medias, lo que ocurre es que hay un desfase. Entonces vos, para tu familia y para tu entorno, ya sos grande, ya no sos una criatura. ¿Tenés trece, catorce años? Ya está, no pidas nada, rebuscatelá. Ahora, para la sociedad, sos una criatura; no podés trabajar, no podés tener un mango, no podés tener un rebusque propio, porque sos una criatura y deberías estar en la escuela y contenido por una familia. Ese desfase con la realidad que la política argentina no quiere mirar, en algún momento lo va a tener que mirar, porque el resultado es cada vez más marginalidad”. Mayra Arena en La Inmensa Minoría.