“Hoy el Gobierno de la Ciudad desalojó violentamente a 150 familias de la zona de la containera de la Villa 31”, tuiteó el jueves Laura Velasco. “Todo comenzó el jueves desde muy temprano en el asentamiento ‘La fuerza de las mujeres’ emplazado en la esquina de La Pampa y Ciervo de Los Andes, dentro del Barrio Carlos Mugica. El sector es conocido como La Containera porque durante mucho tiempo estuvo ocupado por cientos de contenedores de transporte marítimo, en una zona lindante con un basural”, dijo Valeria Druckmann en Negocios y Política. “La Containera, cruda postal del déficit habitacional porteño”, tituló Luciana Rosende en Tiempo Argentino el 21 de agosto, mientras la toma crecía. En la nota se cita a Mona Córdoba, referenta de Marea Feminismo Popular: “Hay tres motivos principales por los que las mujeres de la toma están en el predio. Uno es que no les están alquilando a personas con hijes en las habitaciones del barrio, como pasa en otros barrios. Otro, que muchas son víctimas de violencia de género y se fueron de sus hogares para no seguir expuestas. Y otro es que no tienen ingresos para el pago del alquiler. Muchas son madres solteras y eso les imposibilita tomar más horas de trabajo; tienen que definir entre comprar pañales, leche o alquilar una pieza”. Hay una foto: mujeres y criaturas sobre escombros, y atrás palos y nylon.
Hace unos quince años, en Ushuaia, un grupo de personas tomó una loma casi frente a la costa y empezó a levantar casillas. Lo llamaban La Bolsita, porque estaba lleno de bolsas de plástico, que se volaban derecho a la ruta que pasaba por abajo y al canal de Beagle. Después de un tiempo formalizaron el barrio; ahora tiene hasta alojamientos turísticos. Por lo que veo, sigue llamándose así.
La Containera: la contenedora de containers. “Contenedora” es un rasgo que se suele atribuir a las madres.
Supongo que en el fondo el nombre será lo de menos: lo que falta es contención.