Es un día histórico: por primera vez, mi hija me explica una palabra. Lo atesoro como el momento en que le agarré la manito para caminar y tuve la certeza de que esa sería la primera vez de muchas.
La palabra es “Obliviate” y no, no es nueva, dirán. Es nueva para mí; tiene más de diez años en circulación. Es -creo- una palabra con autoría: fue creada por J.K. Rowling en 2007, en Harry Potter y las reliquias de la muerte, el séptimo y último libro de la saga. O quizás todavía antes; mi hija no está segura. Sí sabe que desde el segundo libro, Harry Potter y la cámara secreta, se habla de los “embrujos desmemorizantes”. Pero recién en el 7 Hermione Granger pronuncia este; al menos, en la versión fílmica, que por supuesto es la que popularizó el término. Hay un debate entre les fans, que discuten si es “Obliviate” lo que dijo Hermione en el pasaje en el que modifica los recuerdos de sus progenitores; eso es lo que muestra la película, pero en el libro este hechizo aparece explícitamente recién más tarde, y dirigido a Antonin Dolohov.
Obliviate, preciosa palabra: tiene la virtud de funcionar como orden tanto en inglés como en castellano. Tal como se marca en Wiki Harry Potter Fannon, “puede derivar de la palabra en latín oblivisci, que significa ‘olvidar’, o del verbo inglés oblivion, que se define como ‘el hecho o condición de olvido o de haber olvidado’” (…) o del término latino oblivio, que también significa ‘olvidar’”. Como decía una antigua publicidad argentina: Olvidate.
En la película, Hermione lo usa con(tra) sus propies mamá y papá, a quienes hace olvidar su identidad, para protegerles. Esa idea de la memoria como peligro es, creo, la misma que me trajo la palabra. Me lo regaló @marcosnvaliente, en respuesta a un tuit donde yo preguntaba “¿se acuerdan de las fiestas por zoom? ¿hacemos un pacto de olvido?”. A juzgar por las respuestas, parece que ya somos un buen número quienes querríamos olvidar algunas circunstancias extremas de la pandemia. ¿Será que ya podemos?