Cartas robadas por todos lados; no se puede estar en todo. Tenemos que hablar de Binance. Si ya sabés qué es, pasá a la palabra 2.
Su publicidad se está volviendo omnipresente; en pantallas (“criptorizate”, N51P05), pero también en la calle. El martes empapelaron mi barrio con este cartel: “En estas fiestas regalá cripto”.
El jueves recibí un correo de Linkedin: “Binance busca profesionales con el cargo de PR Director – LATAM”. Es solo uno de los puestos que abrieron en Argentina.
La carta robada, arriba de la chimenea.
“La bolsa (exchange) financiera de mayor crecimiento del mundo no tiene sede ni dirección formal, carece de licencias en los países donde opera y tiene un director general que hasta hace poco no respondía a preguntas sobre su ubicación”, afirman Patricia Cowsmann y Caitlin Ostroff en el Wall Street Journal. “Creado hace apenas cuatro años, Binance es el gigante bursátil que domina el mundo de las divisas digitales, un equivalente en criptografía a las bolsas de Londres, Nueva York y Hong Kong juntas. Tras una explosión de crecimiento, Binance procesa cada día más operaciones de criptodivisas como el bitcoin y el ether, por valor de 76.000 millones de dólares, que sus cuatro mayores competidores juntos”.
Wikipedia: “Binance es una plataforma de intercambio de criptomonedas para comerciar más de 100 activos digitales”. Según IProUp, opera en más de 180 países. Y está prohibida en una docena, incluidos Estados Unidos, China y el Reino Unido.
El fundador y CEO es el chino-canadiense Changpeng Zao (CZ). La creó en Shangai en 2017, pero a los dos meses mudó la empresa a Japón, escapando de la prohibición china a las criptomonedas. En Japón les investigaron, así que desde marzo del 2018, no direction home. Pasaron a Taiwán y a Malta. Ahora Binance Holding, la empresa madre, está radicada en las Islas Caimán, un clásico; pero incluso allá no tienen licencia para operar.
Les reguladores están empezando a prestar atención, y a comparar al criptomundo con las hipotecas subprime de 2008. En Estados Unidos investigan a Binance por lavado de dinero.
“Es un negocio muy legítimo”, dijo Zhao. “Si se observa la adopción de criptomonedas en todo el mundo, llega probablemente a menos del 2% de la población. Para atraer al 98%, necesitamos estar regulados”.
Para ese 98% son los afiches de la avenida.