Hablando de fútbol, espectáculos y negocios: llegué. Esta semana charlé (bueno, casi casi) con Ibai Llanos, el streamer (N35P06) más famoso del mundo hispanohablante. El miércoles, Ibai tuiteó: “Esta noche a las 20:30 se viene uno de los mayores espectáculos de la semana. Voy a reaccionar en directo al partido del Barça con @1996Javi @ericruiiz y @Spursito También se pasarán @Reventxz y @andercortes. Si el Barça gana me pongo de foto de perfil su escudo tres días.”
Cité el tuit y destaqué: “reaccionar en directo”. Dos minutos después, el mismísimo Ibai me respondió: “Podrías reaccionar fuera de directo (grabarlo para YouTube)”. Desde ese momento camino veinte centímetros arriba del suelo, lejos de les mortales.
Me quedé pensando en cómo “reaccionar” se vuelve una acción no solo, valga la redundancia, activa, activa y consciente, sino también perfectamente planificable, vendible y monetizable (¡si hasta podrías grabarla para YouTube!). “Reaccionar” se convierte en una performance que puede tener un público, y por la que alguien podría hipotéticamente pagar. “Reaccionar” como trabajo. Quizás de eso exactamente trabaje un streamer: de reaccionar en directo. O en vivo, ya no sé.
(Mais uma: mirá qué hermosa esta reacción -grabada- de Keanu Reeves cuando le preguntan por NFTs –criptocoleccionables, N28P01- y “escasez digital”).