¿Viste el video? No hay mucho que agregar, podés pasar a la siguiente palabra. “Los ayudadores”, que difundió esta semana la iniciativa Spotlight (Unión Europea – ONU), usa lenguaje publicitario para traer a la discusión pública la noción de “carga mental”, trabajada por los feminismos desde hace décadas. Los “ayudadores” son hombres que se ofrecen a “ayudar” con tareas domésticas y de cuidados, sin notar que “ayudar” es correrse de la responsabilidad: otra persona debe planificar, gestionar y supervisar qué hay que hacer, cuándo y cómo, y además, cómo delegar tareas. Más fácil: implica ser project manager del hogar, como dice la artista francesa Emma en su maravilloso comic Fallait demander (o You should’ve asked, o Me lo podrías haber pedido).
La carga mental incluye un rango por definición infinito de cuestiones, desde qué se come hasta el calendario de vacunación, desde el chat “de mamis” (y cómo va la cuenta de favores) hasta los vencimientos de los servicios, sin excluir el balance financiero familiar. Y a qué hora hay que conectar a quién a cuál zoom. Y dónde están las herramientas más básicas. “¿Viste mis anteojos, Rosita?”, pregunta el marido a la chancha que cría 25 chanchitos en la película Sing. “Están en tu bolsillo, Norman”, le contesta una máquina que ella diseñó para que les dé el desayuno a los 25, levante la mesa, lave los platos, les ponga las mochilas, le diga chau a cada une, cierre la puerta y de paso responda a esa pregunta. Solo así puede Rosita irse a una audición.
En el video definen a los ayudadores como “un grupo de hombres con distintas habilidades que no toman ningún tipo de decisión o acción proactiva en las tareas del hogar y de cuidado”. Y proponen cambiar el “yo te ayudo” por “yo me ocupo”. Qué difícil ponerle palabras a los hombres en la boca, eh. Vuelven las de Mauricio Macri en agosto de 2019: “Como presidente estoy acá para ayudar en lo que pueda”.