O Zaporozhye, o Zaporozhie, o Zaporizhzhia; Запорізька en ucraniano. El nombre empezó a sonar hace unos días, así como alguna vez se empezó a escuchar Chernobyl, o Fukushima: una central nuclear en peligro. La más grande de Europa, la tercera más grande del mundo, según la Wiki.
Saltó a la fama en la noche del jueves, una semana después del discurso de Putin sobre “desnazificación” (N74P02) que anunciaba la invasión a Ucrania. “Como resultado del bombardeo en la central nuclear #Zaporozhy, se inició un incendio. Las cámaras de seguridad de la planta muestran llamas y humo”, tuiteaba Nexta (N39P07). Incluso se pudo ver el incendio en vivo.
Esto pasó en medio de lo que Wikipedia llamó “la batalla de Zaporiyia”. Se dijo que un accidente en Zaporiyia podía tener consecuencias diez veces más graves que Chernobyl. El canciller ruso Serguei Lavrov había advertido el miércoles que una tercera guerra mundial sería “nuclear y devastadora”. El viernes, Volodimir Zelensky, el presidente de Ucrania, habló de “terrorismo nuclear” en un video: “”¡Europa debe despertarse ya! La central nuclear más grande de Europa está en llamas. Si hay una explosión, será el fin de todo, el fin de Europa”.
“La hebilla inamovible que frena a Occidente es el miedo a la guerra nuclear, y Vladimir Putin, convertido en un adversario desquiciado e imprevisible, ha jugado bien con nosotros”, decía Ian McEwan ayer. “En 1914, las naciones europeas protestaron por la paz mientras ‘caminaban dormidas’ [“sleepwalked”] hacia la guerra. Llegaron a ella con pasos lentos, sin que las pesadillas del invierno nuclear se lo impidieran. Ahora nos vemos obligados a interpretar los procesos neuronales contaminados de un hombre y sus sueños enfermizos. Esta es la sanción final del ‘loco’ en las tácticas nucleares; si no podés confiar en que tu oponente actúe de forma lógica en su propio beneficio, te quedás congelado en el lugar, esperando su próximo movimiento.”
Mientras tanto en Seúl, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ordenó que se hagan “todos los esfuerzos posibles” para proteger la central nuclear de Hanul de un incendio forestal (video). Sesenta años no es nada.