Eslavos. Pienso en los esfuerzos de Zelensky para convencer a Europa de que las víctimas ucranianas son europeas, como se vio en su featurette (N77P05). No terminan de funcionar, y Ucrania -toda- se va convirtiendo en zona de sacrificio.
Esta semana resaltó el nombre de Azovstal(que suena como “el acero de Azov”), el último bastión ucraniano en Mariúpol, una ciudad arrasada en dos meses (que antes se veía así). Es una fábrica de acero, descripta por El Mundo como “un complejo industrial enorme con cientos de túneles secretos organizados en siete pisos”. Allí se concentraban cientos de refugiades ucranianes, así como miles de soldados;; era, prácticamente, la última trinchera de la ciudad. La semana pasada, Rusia bloqueó el acceso a la fábrica: no más entradas ni salidas, no más comida, agua, remedios. Así las cosas, se pactó una tregua con corredores humanitarios; la ONU y la Cruz Roja se pasaron toda la semana evacuando refugiades. Ahora se dice que las tropas rusas entraron en Azovstal (Rusia lo niega); según cuenta El Mundo, un “traidor ucraniano” guió a los soldados por los túneles. Una narrativa clásica.