En una semana caliente para la discusión sobre la cuestión de la vivienda en la ciudad de Buenos Aires, Nicolás Fiorentino produjo un informe sobre dolarización de los alquileres para el programa radial Mejor País del Mundo. Así lo promocionaba: “En la Ciudad hay un grupo de inmobiliarias que ofrece alquileres y firma contratos ilegales en dólares. Mientras tanto, se reduce la oferta y avanza la ‘airbnbización’ de la Ciudad. Lo que viene es trágico.”
Desde hace años se habla de la “uberización” de la economía: la expansión de los negocios a demanda. Y la noción de airbnbización de las ciudades también lleva un tiempo. Encuentro un tuit mío de noviembre, sobre el miedo a una airbnbización del centro porteño. Pero la palabra circula por lo menos desde 2014, y con intensidad desde 2016. Tuiteaba Antonio Casilli en 2015: “El uberismo es un thatcherismo. Airbnbización es una gentrificación”. Es simpático, aunque inexacto: la gentrificación implica un cambio de status social de los barrios, y la airbnbización además implica alta rotación de habitantes y ausencia de personas a cargo. Quizás la airbnbización esté más cerca de la turistificación. Tienen en común la expulsión de las comunidades de habitantes anteriores. Para muestra, estos mapas de la oferta de Airbnb y la oferta de alquileres comunes en New Orleans, una ciudad con déficit de vivienda.
“La airbnbización amenaza los centros históricos de Europa”, decía Le Figaro ya en 2017. Aquí un paper de 2021 sobre los conflictos que genera.
“Si tenés una vivienda en un gran centro turístico te conviene ponerlo en dólares, por día. Se estima que en ocho días, recuperás el valor de un mes de alquiler tradicional”, dice Fiorentino en su informe. Se estima que en Buenos Aires debe haber unas 30 mil propiedades listadas en Airbnb. Y además, están ampliando el modelo de negocios a la propiedad. “Airbnb ya alcanzó acuerdos con desarrolladores porteños y está construyendo edificios que tendrán como destino el turismo”, asegura Fiorentino. Lo poco que quedaba de la idea de descentralizar un negocio, desaparece.