¿No es maravilloso que de pronto estemos todes hablando de centros de investigación rusos? Me hace sentir dentro de una novela. Gamaleya, el nombre del instituto donde se desarrolló la famosa vacuna Sputnik V contra el COVID-19, me suena a ciencia ficción del siglo veinte, rayos Gamma y princesa Leia. Vintage y elegante.
En realidad se llama Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya. Fue fundado en 1891 como instituto privado, y nacionalizado tras la revolución soviética. Desde 1949 lleva el nombre de Nikolái Gamaleya, un científico ruso pionero en microbiología y vacunas. Gamaleya nació en Odessa en tiempos del Imperio Ruso, en una familia noble de origen cosaco, cuenta la Wiki. Trabajó junto a Louis Pasteur en Francia; a su regreso fundó el Instituto Bacteriológico de Odessa, desde donde organizó la vacunación contra la rabia y combatió el cólera, la difteria, el tifus y la tuberculosis. Más tarde vacunó contra la viruela al ejército rojo.
Dice el sitio oficial del Instituto Gamaleya que la institución guarda “una colección única de virus”. Más para la épica de la novela de espías y la imagen de temible Gran Rusia que Putin no deja de alimentar.