“¿Y el déficit energético?”, pregunta @FacuPelado en Twitter, citando la nota de El Megáfono sobre Bitfarms en Río Cuarto. Trae esta viñeta y sigue: “Si es para criptomonedas y para un privado, la energía de Maranzana es más barata. ¿Les pagarán en bitcoins? La granja va a consumir 132 GWh por mes: el equivalente a 440.000 hogares.” Y enlaza otra nota, sobre otro megaproyecto de minería de cripto consumiendo combustible fósil a bajo precio, en Zapala, Neuquén: “Un delirio energívoro”. La escribió Felipe Gutiérrez Ríos, del Observatorio Petrolero Sur, en mayo.
“La construcción de un centro de datos de la empresa británica FMI Minecraft Mining LDT para minar criptomonedas ejemplifica la irracionalidad del manejo de algunas políticas energéticas.” (Ojo: Minecraft N80P06). “De un lado, un proyecto faraónico que pretende gastar por sí solo el equivalente a lo que consumen entre 3 y 4 millones de hogares. Del otro, quienes habitamos en estos hogares, que aún no sabemos si habrá energía para calefaccionarnos durante todo el invierno. En el medio un Estado que gasta fortunas en subsidios a la extracción de gas y un proyecto que vuelve a poner en el centro la pregunta de para qué se usa la energía”. Y luego: “De cumplirse la tercera etapa de construcción de la granja de FMI Mining, se convertirá en el mayor consumidor de electricidad del país. Actualmente el mayor usuario individual es, por lejos, la fábrica de aluminios ALUAR, en Puerto Madryn. En marzo consumió 297 GWh y su influencia es tan grande en el sistema eléctrico que las estadísticas públicas entregan su información ‘con’ y ‘sin’ ALUAR, para no verse distorsionadas. De acuerdo a la potencia instalada, el proyecto de FMI Mining podría gastar hasta 720 GWh. Si la granja hubiese usado esa electricidad en marzo de este año, equivaldría al 15% del total del consumo del Mercado Eléctrico Mayorista. Aún si no se cumpliera la tercera etapa, el proyecto seguiría siendo energívoro, consumiendo 180 GWh, la mitad de todo lo que consume la industria en la provincia de Neuquén.”