“Este 7 de febrero los ecuatorianos seremos un torrente imparable para conseguir un gobierno del pueblo”, dice el tuit fijado de Yaku Pérez, junto a un video de agua: ríos, arroyos, gotas, glaciares. Pérez se presenta en su bio como “Kañari kichwa, músico, Defensor del agua, Dr en jurisprudencia, escritor, Presidente @CAOIandina. ExPrefecto del Azuay. Candidato a la presidencia del Ecuador”. Las encuestas le auguran un 16 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de mañana: un tercer puesto, que lo dejaría fuera de carrera pero lo convertiría en un aliado imprescindible para la segunda vuelta. Un defensor del agua con peso político, que hace campaña prometiendo la conservación de la Pachamama.
Nació en 1969 como Carlos Ranulfo Pérez Guartambel. Presidió la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa (ECUARUNARI) de 2013 a 2019, y la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas desde 2017. Con esos cargos, algo cambió en él; lo llama su “proceso de decolonización epistemológica”. “Empecé a reflexionar y dije: yo Carlos. Pero Carlos son solo los santos y los reyes… Yo rey no soy ni seré jamás… tampoco soy santo…” El 8 de agosto de 2017, en el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, cambió su nombre por Yaku Sacha, que significa “agua del monte” en quechua. “Pedí permiso a la Pachamama y a mi mamá”, dijo.
En 2019 se postuló a prefecto (gobernador) de Azuay por el partido indígena Pachakutik y ganó las elecciones. Propuso una “prefectura del agua” e impulsó una consulta popular para prohibir la minería; anunció una minga de reforestación y promovió el transporte en “bambubici”. También se bajó su sueldo a la mitad y prohibió las bolsas de plástico.
“Por el agua he estado cinco veces preso y creo firmemente que la defensa del agua es la defensa de la vida”, dijo. “Lo menos que podía hacer es identificarme con este nombre”. En quechua se habla de “yaku mama”, madre agua.