Las identidades, parece decir Yaku, también fluyen. No se es siempre la misma persona (¿la misma que qué?). Él le pidió permiso a su mamá y cambió el nombre que ella le había asignado. Alguna vez escuché que hay culturas que no nombran a quienes nacen, porque aún no se sabe cómo -o qué- son, serán.
A Franco Di Pietro su familia lo llamó con otro nombre, uno de mujer, asociado a sus genitales femeninos. A Hannah Palacios su familia la llamó con otro nombre, por sus genitales masculinos. Franco y Hannah no se sentían a gusto y cambiaron su identidad de género, como otras miles de personas trans. Después se conocieron y se enamoraron. Quisieron tener un bebé, y Franco suspendió su tratamiento hormonal con testosterona. “No pensé que iba a tener que ser yo el cuerpo gestante, porque si hubiera sido con una mujer cisgénero estaba la posibilidad de la inseminación y que gestara ella. Pero bueno, me enamoré de Hannah, surgió, vimos que era posible y le dimos para adelante”, dijo Franco a Télam.
“Yo a veces digo que voy a ser mamá y alguna gente me responde ‘no, vas a ser papá’. Incluso dentro del mismo ambiente, cuando digo ‘es mi marido y está embarazado’ me dicen ‘¿pero vos no te hiciste trans porque te gustan los hombres cisgénero?’. Y ahí yo les explico que no pasa por los genitales, pero la gente todavía está muy cerrada”, dijo Hannah.
“Salió biológicamente varón y le pensamos un nombre masculino, Facundo Gabriel; pero si en el futuro se quiere llamar Macarena o Brenda y ponerse un vestido, le vamos a apoyar”, dijo Franco.
“Qué lindo nombre. ¿Te lo eligió tu mamá?”, dice este meme firmado por Transgender Gang.