No sabemos nada; es más, cada vez sabemos mejor que no sabemos nada. Parece que hay una partícula subatómica que desafía -o más bien redefine- las leyes de la física que conocíamos, según anunció el miércoles un equipo de investigación del laboratorio de aceleración de partículas Fermilab, en Illinois. Con ustedes, el muon, llamado así por la letra griega µ, “mu”. Me sentiría mejor diciéndole “muón”, pero creo que esa tilde ya no está autorizada.
El muon es una partícula elemental como el electrón, pero unas 200 veces más grande. Se conoce desde 1936, pero recién ahora se confirma que viene a moverle el piso a lo que sabíamos del mundo. Durante el experimento Muon g-2, el equipo de Fermilab, liderado por el físico Chris Polly, se corroboró una sospecha de un estudio de 2001: que el comportamiento magnético de los muones es anómalo, o aberrante, en términos técnicos (hola anomalía Maximoff). Si eso que en teoría no podía suceder sucedió, es porque hay algo que está mal en el planteo.
Renee Fatemi, física de la Universidad de Kentucky, dijo que esta es “una fuerte evidencia de que el muon es sensible a algo que no está en nuestra mejor teoría”. Con “nuestra” implica, muy generosamente, a toda la humanidad. Y con “mejor teoría” se refiere al Modelo Estándar, el conjunto de ecuaciones que enumera las partículas fundamentales en el universo y describe cómo interactúan. Dice mi mamá que la física es una ciencia descriptiva; el muon viene a marcar que la descripción actual del universo está mal.
Polly mostró un gráfico con un espacio en blanco donde el muon incumplió las expectativas. “Podemos decir, con bastante confianza, que debe existir algo que haya contribuido a generar este espacio en blanco”, destacó. “¿Qué monstruos podrían estar acechándonos allí?”
Resumiendo: la idea que teníamos de cómo funciona el universo se va al tacho; muy década del 20 todo. Vuelva al punto de partida, saludos a Sócrates.