Hay más. El mismísimo Lionel Messi ofrece saludos, auspiciado por una marca de papas fritas. Como buena estrella global, manda sus Messi mensajes (en inglés suena mejor: Messi messages) en ocho lenguas distintas. ¿Cómo hace? Bueno, no lo hace: un algoritmo de inteligencia artificial se ocupa por él.
Aquí lo explica la propia empresa detrás del servicio, Synthesia IO. Lo llaman “video experiencia personalizada”: cuando llega el pedido de mensaje, el algoritmo genera automáticamente un saludo con el nombre solicitado en la lengua solicitada, y lo envía.
“Usamos nuestra tecnología de inteligencia artificial de punta para generar una versión sintética del jugador”, dicen. “Todo lo que se necesitó para crear el avatar sintético de Messi fue grabar a Messi durante 5 minutos en un estudio con pantalla verde, hablando en su español nativo. Esta grabación original se utilizó para entrenar los algoritmos de aprendizaje profundo de Synthesia. Y así nació Synthetic Messi.”
Esta compañía está especializada en lo que se conoce como video sintético (es decir digitalmente producido desde cero) y face-mapping. Es la misma tecnología que está detrás de los deep fakes; la única diferencia es que suena raro hablar de fake para referirse a algo que evidentemente les representantes de Messi aprobaron. Los Messi messages son entonces algo así como deep fakes autorizados; deepfake con licencia de uso, todos los derechos reservados. Falta nomás que los acuñen en cadena de bloques y se consigue un saludito NFT.
Eso sí, el valor sentimental será como el de los mensajes personalizados de Papá Noel que circulaban por Whatsapp en diciembre: solo válido para niñes con inocencia a prueba de balas. Vale tener en cuenta que la misma tecnología que permite que un avatar de Messi mande saluditos bien puede hacer un avatar de Biden declarando guerras, o del príncipe Carlos en una película porno, o lo que la imaginación -o les clientes- dicten. Y ni empecemos con los peligros del reconocimiento facial.