Mientras tanto, en Goa el COVID-19 se dispara; el domingo, la India registró 391000 nuevos casos. Y viaja por el mundo la B.1617, que con ese nombre no es un robot como R2D2 – Arturito, sino la variante de COVID-19 más contagiosa que se haya visto hasta ahora. “La estamos clasificando como una ‘variante de preocupación global’”, dijo el lunes Maria Van Kerkhove, la líder técnica del área de COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud.
Esta cepa fue identificada en la India el 5 de octubre. Se la conoce como “la triple mutante”, pero al parecer tiene muchas más mutaciones (N19P10), de 13 a 17; tres de ellas son las que se consideran importantes para volver al virus más peligroso. En realidad, hay tres sublíneas de esta variante -B.1.617.1, B.1.617.2, y B.1.617.3- que preocupan por su contagiosidad. Según el reporte que la OMS difundió el martes, ya se la encontró en 44 países, incluidos Estados Unidos, México, Colombia y Argentina.
También es la cepa que más se extiende en el Reino Unido: pasó de 202 a 520 casos en una semana. Boris Johnson, que estaba de lo más contento tomándose una pinta oficial en el pub y siguiendo su plan de desconfinamiento, tuvo que salir a cambiar el esquema de vacunación. “La carrera entre nuestro programa de vacunación y el virus puede estar a punto de volverse mucho más reñida”, dijo ayer; en función de eso, adelantó la segunda dosis de vacunas para mayores de 50 a ocho semanas después de la primera, en lugar de doce. Afirmó que este lunes pasarán igualmente a la siguiente etapa de desconfinamiento, con reapertura de cines y museos, autorización para reunirse en interiores y “abrazos cautelosos”. Pero también abrió el paraguas: “Tengo que ser sincero, esta nueva variante podría suponer un grave trastorno para nuestro progreso y podría dificultar el paso a la fase 4 en junio”, advirtió.
Según Nature, todavía no se sabe bien cuán efectivas son las vacunas actuales para neutralizar a estas variantes.