Parece que San Rafael es la única ciudad argentina que se enriqueció durante la pandemia, a pesar del cierre en turismo y gastronomía, sus fuertes. Ya hay mapas renombrando a la zona “Ganancias Deportivas”.
“Mucha gente ha dejado sus trabajos para vivir de esto, han invertido sus ahorros, vendido sus coches, casas… No se pueden conseguir plomeros porque todos están dentro de GD”, dice la diputada Hebe Casado a El Confidencial. El medio afirma: “Los carniceros venden su tienda, invierten todos sus ahorros y se hacen millonarios, el 30% de los policías saca sobresueldos con el negocio y las calles se llenan de todoterrenos de lujo financiados con dinero de GD”. Hay barbijos de GD, y hasta un cuarteto escrito por Horacio Giménez: “Ganancias Deportivas, hoy me cambió la vida, regresó la alegría, la dicha y el humor”. Una tuitera cuenta que en una cita un flaco le dijo “¿tu papá no querrá ser parte de ganancias deportivas?”
Los organizadores hablan de “una empresa de economía compartida como Uber y Airbnb” (el tupé). Como es un caso de “marketing multinivel”, donde quien más personas ingrese al sistema más gana, el año pasado San Rafael fue una máquina de reclutar gente para hacer plata sin trabajar. “De verdad hay gente que piensa que tenés que romperte el lomo trabajando o ‘caminar las calles’ en busca de un laburo para poder tener plata? Yo me rasco los huevos todo el día y gano más que mucha gente que trabaja más de 12 hs diarias, y no cobro planes ni soy streamer” (N35P06), tuiteaba el 21 de septiembre Federico Quevedo. El 23 de febrero, cuando la investigación ya estaba en marcha, mostró que es “líder de oro” de la organización. Para entonces se calculaba que GD podía llevarse de San Rafael diez millones de euros.
“Cuando estalle el esquema ponzi, aquí va a ser una hecatombe, no me extrañaría que hubiera muertos y secuestros”, dijo una fuente a El Confidencial. Un tuitero augura “una guerra civil”. Hoy la página de Ganancias Deportivas en Argentina está “en mantenimiento”.