¿Descuidos? Vamos llegando al tema de la semana.
“Desde la antigüedad nos apoyamos en las palabras de quienes vinieron antes para reforzar lo que queremos decir”, dijo el domingo Valentín Muro en su newsletter (¡de pie!) Cómo funcionan las cosas. “Pero a veces luego de una brutal contextomía, las palabras se retuercen y pierden su sentido original. Otras son reordenadas, reinterpretadas y maquilladas. Y a veces, incluso, son inventadas. (…) Citar es un arte, pero sobre todo es un deporte.”
Tres días después, justo para el cumpleaños de Valentín, el presidente argentino se enredó con una cita que se ve que sonaba muy bien en su cabeza, pero muy mal afuera. La atribuyó a Octavio Paz, pero era de una canción de Litto Nebbia (inspirada en la frase atribuida a Paz). Decía Valentín: “Si la encontramos sin la referencia exacta de donde fue tomada, lo más probable es que [la cita] esté mal atribuida, alterada o sea una fabricación. (…). No alcanza con decir que tal dijo tal cosa: debemos permitir ir a la fuente y verificarlo para no cometer tampoco ‘contextomía’, o el arrancar palabras de algún lado para que digan lo que se nos canta”. ¡Pero si justamente para eso usamos citas!
Me encantó la noción de contextomía, o “cita fuera de contexto”. Creo que el gran error del presidente fue, justamente, perder de vista el contexto. Él mismo dijo después, buscando disculparse, que “se afirmó más de una vez que ‘los argentinos descendemos de los barcos’”. En esa vaguedad de persona y tiempo está el problema. Una cosa es que Octavio Paz, Carlos Fuentes y Borges bromearan sobre el origen de los argentinos, con distintos grados de ironía. Otra cosa es que un músico popular como Litto Nebbia, en 1982, compusiera una zamba sobre esa idea. Una tercera cosa muy diferente es que, cuarenta años después, un presidente esgrima la frase como literalidad frente a un gobernante europeo, en una época que cuestiona el colonialismo. La contextomía como un tipo peligroso de negligencia.