“Juan Forn contó que apenas sacó su primera novela, siendo un autor desconocido, vio entrar a Piglia en una librería (…) Cuando se acercó al escritor consagrado y se presentó, Piglia le respondió: ‘Ah, sí, el de la novelita salingeriana’”. (Matías Bauso)
“Elvio Gandolfo solía aconsejar que si le llevaban un manuscrito, primero le pregunten si estaba escribiendo algo. ‘Sino se pone a romper las bolas como si la novela fuese suya y te la devuelve llena de marcas insólitas’”. (Damián Huergo)
“Era un editor implacable, de una generosidad hostil, daba todo por tu nota, la masacraba y siempre quedaba mejor. Nunca nadie volvió a editar así: sentada en la silla de al lado de la suya veía cómo los párrafos iban de un lado para el otro, a fuerza de borrar y dar vuelta, el texto se acomodaba. Cuando terminaba, te miraba, se reía y que pase el que sigue.” (Laura Isola)
“El subject dice ‘scary’. Y después escribió: ‘Mirando historias de fantasmas niponas encontré esta imagen tremenda, Marianita, y pensé mandártela por si te sirve alguna vez para alguno de tus libros’”. (Mariana Enríquez).
“(…) volvió a la casa de su abuelo, conversó con alumnos del colegio inglés en el que se colaba a escondidas a los 12 años para espiar a las chicas, lloró mucho en más de un momento ―y lloramos todos con él― y se rió mucho, mucho más, de madrugada (…)” (Amalia Sanz)
“En el mail, abajo de todo, figuraban tres reenvíos a Ernesto Tiffenberg, el director del diario. Los tres con la misma fecha. Lo único que variaba era el asunto de cada uno.
El primero decía: ‘contratapa para el viernes, amigos. me confirman que llegó ok? abrazos’.
El segundo decía: ‘perdón, ésta es la versión que vale de la contratapa’.
El tercero decía: ‘no me maten, juro que es la última (le mejoré el título)’”. (Damián Huergo)
“Hablaba siempre con pasión, como si nunca especulara, como si no tuviera sentido guardarse nada (…)” (Mauro Libertella)
“Uno de los legados de Juan Forn es que los productos culturales -desde una colección de libros hasta un suplemento o una serie de columnas semanales- tienen que tener una característica además de su espesor intelectual: tienen que ser sexies.” (Natalí Schejtman)
“En cierta ocasión, hablando del yo narrador, comentó: ‘Ese yo, en realidad, soy yo y mis lectores, me pienso en plural’”. (Christian Kupchik)
“Miren al pibe que fue del Newman. Mírenlo caminando en el viento, coleccionando piedritas de la playa. Cada piedrita, un texto.” (Guillermo Saccomano)