“Ha llegado el NFT definitivo”, tuiteó Paloma Llaneza el jueves. “Amigas, si recibís una fotopolla de un indeseable la podéis convertir en un NFT e incorporarla para siempre a un registro público del que no se puede borrar. Aquí en 13 sencillos pasos: http://nftthedp.com”
Con el link se llega a la palabra NFTDP, la suma de dos siglas. NFT es “non fungible token”, los criptcoleccionables a los que dedicamos la N28P01, la N2802 (memeconomy) y la N29P03 (cryptokicks); si todavía no se entiende probá con la explicación de Saturday Night Live (en inglés; aquí la transcripción). Y DP es “dick pic”, que se traduce en como “fotopene”, con sus variantes regionales “fotopolla”, “fotopija”, “fotochota”, en fin. Palabras que existen en todos los idiomas desde que hay celulares con cámara y gente a la que se le ocurre retratar su pene y mandar la foto, muchas veces sin mediar pedido ni consentimiento previo.
La página explica “Cómo acuñar tu NFTDP en diez simples pasos”. Pero antes abre así: “Penes. Cualquiera que comparta fotos de su pene en Internet debe pensar que el suyo es una obra de arte, ¿verdad? Pues ahora puede serlo. Si sentís el impulso de enviar un jpeg sin contexto de tu pene, le daremos la audiencia que claramente creés que merece, fijando su arrugado saco de bolas a blockchain. Sí, así es, lo acuñaremos como NFT, para que todo el mundo lo vea.”
Después da instrucciones para subir la foto como un ítem criptocoleccionable, que permanecerá autentificado en la criptoweb por siempre jamás. Entre los últimos pasos figuran “¡Fijá tu precio! (cuanto más caro, mejor 😉)” y “Mandale el link NFT al Sr. Creep y reíte camino al banco”. Es que quien quiera sacar su foto de ahí va a tener que comprarla. Le explican cómo en la sección “Guía para pervertidos para quemar un NFT”. “Awww, ¿alguien ha recibido un NFTDP? Estás de suerte… Aquí tenés cómo quemar el NFT (y considerate afortunado de que tu pene real no se queme)”.
Que no se diga que el blockchain no aporta valor social.
Categoría: número 31 (carne de cañón digital)
2. Certificado digital verde
Interesante discusión se armó bajo el tuit de Paloma Llaneza: una fotopene, ¿es un dato personal? ¿Cómo encuadrarla jurídicamente?
Y hablando de datos: se vienen los pasaportes de vacunación. Por lo menos en la Unión Europea. Según dijo Thierry Breton, el comisario de la UE a cargo del operativo de vacunación, estarán disponibles allí en los próximos “dos o tres meses”. “Cuando podamos estar seguros de que cada persona europea que quiere vacunarse tendrá acceso a la vacuna, como sucederá en los próximos dos o tres meses, será bueno si podemos introducir un certificado sanitario”, dijo en el programa Le Grand Jury de RTL. Allí mostró un boceto de cómo será ese certificado. El sitio oficial de la UE los llama “certificados digitales verdes” y dice que serán gratuitos y válidos en los 27 países de la UE, en lengua nacional y en inglés, con código QR. Mostrarán si la persona se vacunó, cuándo y con cuál vacuna; si ya tuvo COVID, o, en caso de que nada de eso haya pasado, el resultado de un PCR reciente. Cada país se reservará cómo usarlo, pero la idea es que facilite el turismo en la temporada de verano.
No hace falta ser demasiado conspiranoica para preguntarse cómo se va a implementar, quién desarrollará la tecnología y cobrará por ella, dónde y cómo se van a guardar esos datos, quién va a tener acceso. El mismo Comité Europeo de Protección de Datos, y el Supervisor Europeo de Protección de Datos, ya dijeron que les preocupa cómo se usará este pasaporte. En un dictamen conjunto, marcaron que el proyecto de certificado tiene “gran impacto en la protección de derechos individuales y libertades en relación con el procesamiento de datos personales”, y pidieron a los legisladores “que definan mejor el objetivo del certificado verde digital y que incluyan un mecanismo de vigilancia sobre su uso en cada Estado miembro”, según cuenta El País.
Y esto en Europa, la región del mundo más avanzada en protección de datos personales. Qué nos queda al resto.
3. Ayuno
“El ayuno, en estos tiempos, debería ser digital?” pregunta Santiago Cavanna en un tuit de ayer.
La noción de ayuno digital circula desde hace rato y tiene, sí, un valor de privación voluntaria de los consumos mundanos para reconectar con lo espiritual. Solo que en este caso la privación no es física, sino mental.
Hace un tiempo jugué con la idea de un shabat laico: ayuno digital desde la primera estrella del viernes hasta la primera del sábado. Lo cumplí solo una o dos veces; fue hermoso. Desde agosto, dedicar el sábado a diezpalabras me lleva en la dirección contraria.
Cavanna ilustra la propuesta con un meme de la última cena, donde Jesús mira con sospecha a las tecnologías que lo rodean: “Uno de ustedes venderá mis datos”. Y se queda corto: no es una, son todas. Acá nadie está para tirar la primera piedra.
4. Jamsín
¿Te acordás del Ever Given (N30P09), que bloqueó el canal de Suez en el aniversario de la apertura de las aguas ante Moisés? Qué tiempos. Ahora dice Diego Mintz que ese timing no fue milagro ni casualidad. “Mucha sorpresa porque el barco que encalló en Suez fue justo en Pesaj, pero hay una explicación lógica. El mismo viento estacional que lo desvío de su curso, el jamsín, es el que abrió las aguas del Mar Rojo. Más mañana, en el próximo #YallaBalagan”, tuiteó el lunes.
#YallaBalagan es su newsletter, donde amplía:
“Durante siglos el sentido común dictaba que Moisés conocía las mareas de cual sea el cuerpo de agua que cruzó en camino a la Tierra Prometida. Teorías más modernas buscan afianzar la relación con los vientos típicos del Norte de África. El Jamsín (cincuenta en árabe, los días que dura el fenómeno en Egipto) o Sharav (en hebreo) casi no llega con vientos a Israel, pero el clima se pone pesado, húmedo, pegajoso, y sobre todo, polvoriento. La arena se impregna en todos lados, el cielo se tiñe de amarillo y las personas con problemas respiratorios sufren más de la cuenta. Así fueron el día de las elecciones [en Israel] y el siguiente. Razón por la cual el ministerio de Impacto Ambiental circuló una alerta de evitar la actividad física la misma mañana en que contábamos las bancas y atónitos veíamos una retroexcavadora haciéndole cosquillas al espolón del Ever Given. Pero lo cierto es que en el propio Éxodo, muy explícitamente dice:
Moisés extendió su mano sobre el mar y Dios hizo soplar el fuerte viento del Este, durante toda aquella noche, transformando el mar en tierra seca. Y las aguas se partieron.
Ruaj Kedim, Viento Este, es uno de los nombres aceptados por la Academia del Idioma Hebreo para este fenómeno, que en verdad tiene un nombre distinto para cada país desde Marruecos hasta Irán (…). Lo importante es que el viento movió el barco y fue un tiempo ideal para memes, a costa de miles de millones de dólares y retrasos en el comercio internacional.”
5. Uigur
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, destacó el martes el “genocidio que se está cometiendo contra les uigur musulmanes y otras minorías étnicas en Xinjiang”. Les uigur son una comunidad musulmana que vive en el Área Autónoma Uigur de Xinjiang, de 1,6 millones de kilómetros cuadrados (poco más que Bolivia y Paraguay juntos), en el noroeste de China. Según Wikipedia son 12,8 millones, menos del 1% de los 1400 millones de toda China, pero un número para ser minoría oprimida. Según denuncian, en Xinjiang funcionan “campos de reeducación” donde se les obliga a comer cerdo y tomar alcohol, aduciendo que son separatistas y terroristas islámicos. Según CNN, también se les fuerza a estudiar y hablar mandarín, a confesar crímenes y a cantar loas al partido comunista chino y a Xi Jinping. Hasta 2019 se calculaba que había cerca de un 1,8 millones de personas detenidas sin juicio previo, bajo tortura, trabajos forzados y esterilizaciones.
El 22 de marzo, la Unión Europea, junto a Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, sancionó a cuatro altos funcionarios chinos por “graves violaciones y abusos de los derechos humanos”, prohibiéndoles entrar a Europa y acceder a los bienes que tengan allí. China respondió sancionando a 10 individuos y cuatro entidades europeas que “dañan gravemente la soberanía y los intereses de China y difunden maliciosamente mentiras y desinformación”.
Esta semana el canal estatal chino CGTN difundió documentales sobre Xinjiang. Buscando ilustrar que los uigur son peligrosos, muestra cómo encarcelaron a personas por haber escrito libros de texto que el gobierno central considera incitación al terrorismo. Aquí sus “confesiones”.
El domingo CGTN publicó la nota ““Mi” Xinjiang: alto a la tiranía de las noticias falsas”, donde una tal Laurène Beaumond desmentía toda violación de los derechos humanos. Pero Le Monde dice que la supuesta periodista francesa, no existe: al menos, no en ningún registro francés.
6. Tehuel
Tehuel de la Torre cumple años el 26 de marzo, el mismo día que mi hija. En casa hubo torta, pero la familia de Tehuel no tuvo tanta suerte: en vez de fiesta por sus 22 organizaron una marcha de antorchas. Se preguntan dónde está Tehuel desde el 11 de marzo, cuando se fue a Alejandro Korn a pedir trabajo como mozo en un evento. Nunca más lo vieron.
La marcha salió del cruce de Alejandro Korn y fue hasta la casa del hombre con el que iba a encontrarse, Luis Alberto Ramos, que hoy está detenido. La policía encontró en su celular una foto donde está junto a Tehuel y junto a otro hombre, Oscar Montes, también detenido.
Tehuel es un hombre trans. Vivía con su mamá, su novia y el bebé de ella; hacía changas de albañilería, cortaba el pasto y vendía de puerta en puerta las berlinesas para el mate que su novia preparaba.
Ya hace más de tres semanas que falta. El lunes hubo una marcha en el Obelisco pidiendo que se movilicen los recursos para encontrarlo. El miércoles, en el Día de la Visibilidad Travesti Trans, otra movilización volvió a preguntar dónde está Tehuel.
7. Sometida
“Mujer muere tras ser sometida por policías en Tulum”. Ese título, con variantes mínimas, empezó a circular por redes sociales el domingo a la noche. En las primeras horas del lunes estaba en los portales de México (aquí El Universal, El Informador, La Jornada) y otros de habla hispana (aquí El Mundo, BBC Mundo, Deutsche Welle, Infobae). Muere tras ser sometida.
¿De quién podríamos decir lo contrario? “Muere sin haber sido sometida jamás”. La gente muere tras tantas cosas, sometimiento, trabajo, alegrías, panzadas, fogones, marchas, estudio, trámites, aburrimiento, cosquillas, dolor, chistes. Pero en este caso, esta mujer no murió tras ser sometida sino durante el sometimiento. Murió con la rodilla de un agente policial en su espalda y gritando que no podía respirar, como George Floyd, el hombre cuyo asesinato encendió la chispa del Black Live Matters en mayo pasado. La autopsia encontró que tenía la columna rota. Decir “murió” es quedarse un poco corto.
Tres días tardó Deutsche Welle en usar la palabra “asfixiada”. Fue cuando ya se sabía que la víctima de la brutalidad policial mexicana era Victoria Esperanza Salazar, una ciudadana salvadoreña de 36 años, madre (“soltera”, destacan) de dos hijas, que tenía status de refugiada y trabajaba legalmente en Tulum.
Fue una policía mujer la que clavó su rodilla en la espalda de Victoria y ejerció una fuerza “desproporcionada, inmoderada y de alto riesgo”, según palabras de la fiscalía de Quintana Roo, hasta que ella dejó de gritar. No sé por qué este dato me da más frío.
“Ellos sometieron demasiado a mi hija, le torturaron en pocas palabras. Ahí se oye cuando ella grita. Yo creo que fueron los últimos gritos cuando le quebraron el cuello y le quebraron muchas costillas. Yo pienso que como seres humanos nadie merece esta muerte”, dijo Rosibel Emérita Arriaza, madre de Victoria, a Amnistía Internacional. Demasiado. Más de lo normal, lo que una mujer migrante está acostumbrada a soportar.
8. Monstruos
“Muere Carlos Busqued, el escritor que amaba a los monstruos”, tituló en la madrugada del martes El País. Eliezer Budasoff destacaba “su obra breve y contundente, su brillo marginal y su desprecio por las personas y discursos privilegiados (o su cariño por los dañados de este mundo)”.
En una entrevista producida por la Universidad de Córdoba en 2018, Busqued dice que escribió su novela Bajo este sol tremendo “para sacarla de adentro”. Después le preguntan cómo llegó a escribir sobre Ricardo Melogno, el asesino serial que retrata en su libro de no ficción Magnetizado, a quien visitó en la cárcel durante un año. Si es que fue la historia lo que lo atrajo. “Me pareció bien él”, dice lentamente, eligiendo las palabras. Cuenta que es un hombre que ha pasado treinta años preso por haber matado pero que no sabe por qué mató, no se acuerda. “Cuando cuenta los asesinatos te los cuenta con frialdad, pero después cuenta las cosas que le hicieron a él con la misma distancia. Entonces, cuando él desperdicia la oportunidad de victimizarse, y humanizarse ante tus ojos, es cuando más humano parece. Su falta de voluntad de manipulación te hace… te hace quererlo un poco a Ricardo”, concluye Busqued, como pidiendo perdón.
En otro tramo de la nota dice “Yo escribo para que la gente me disculpe lo que soy”. Su novia, Carina González Monier, tuiteó: “Me vino a traer la cerdos y peces y me dijo ‘acá viene el monstruo a traerte lo que hace porque lo que escribo, para quién es?’”. Me hizo lagrimear. Y me trajo una canción de Anda Calabaza, “El monstruo sos vos”.
Budasoff habla de “cierta aversión por la especie humana presente en sus libros y en sus tuits”. Y dice: “Había conseguido un efecto que los lectores suelen atribuir a autores atormentados como David Foster Wallace: que se sintieran menos solos. En este caso, su muerte también dejará solos a un puñado de monstruos que habitan en los bajos fondos de cada uno”.
9. Barrito
Hacia el hondo bajo fondo donde el barro se subleva va de entrada Bajo este sol tremendo:
“A pesar del sol castigante, la alfombra de barrito sobre el pavimento no se había secado ni un poco. Estaba en todas las calles.
–Llovió mucho, parece –dijo Cetarti.
–No, acá no llueve desde abril más o menos. ¿Vos decís por el barrito?
–Ahá.
–No, eso es porque subieron las napas, el agua está casi al ras del suelo. Mirá las casas: todas rajadas. Ahora todo el terreno es barro, se hunden. Los pozos negros revientan, mucho de este barrito de la calle es mierda y meo de los pozos negros. Por eso se han muerto los árboles, se pudrieron todos el primer año. Hacé lavar el auto cuando te vayas, porque se te va a pudrir toda la chapa, hacele lavar bien los guardabarros por adentro, este barrito es veneno para la chapa de los autos.”
En 2018, Busqued decía sobre esta novela: “El principal objetivo era poner afuera de mí un clima que tenía adentro”. Casi lo mismo le había dicho a Pablo Plotkin en 2013: “Había un malestar que necesitaba sacarme de adentro”. Y más: “Mi viejo estuvo en el fusilamiento de un pibe de las Ligas Agrarias que, según contaba él, había ordenado matar a una familia de colonos. Mi viejo, un suboficial de la Fuerza Aérea, me contó siendo yo muy chico que al pibe –que había sido alumno suyo– lo encontraron atrás de una planta. Que se dieron cuenta que estaba ahí por cómo temblaba la planta. Y que lo ataron con alambres a un árbol y lo cagaron a tiros, mientras pedía que no lo mataran. Desde entonces el alambre me da escalofríos. Mi viejo fue un personaje nefasto en más de un nivel. Años después de su muerte, caí que él había estado en esa ejecución. Y se acentuó eso que yo siempre sentía de estar en el lado equivocado de la cosa.”
Hundirse hasta el cogote en ese barro sublevante, salir con una novela fuera de serie, unánimemente aclamada, y no saber si igual no se te pudrió ya la chapa. Ya sé no me digás, tenés razón.
10. Theia
Lo que tiene el barro es posibilidades.
Ahora dicen (Nature dice) que hay restos de un protoplaneta bajo el manto de la Tierra. A mil kilómetros de la superficie hay dos manchas de roca que podrían venir del impacto en el que se formó la Luna.
Parece que hace 4.500 millones de años, Theia (o Tea) se chocó con la Tierra, y de esa colisión se desprendió la Luna, compuesta a medias por manto terrestre y partes de Theia (inserte el mito de origen de su preferencia aquí).
Ahora, un equipo de la Universidad de Arizona postula que hay restos de Theia escondidos cerca del centro de la Tierra, bajo África y el Oceáno Pacífico. Dicen que las diferencias densidad evitaron que se fundieran con el magma primordial, y que podría haber más restos de protoplanetas ahí: todo un cementerio espacial. Parece un disco doble de Spinetta.
El nombre Theia viene de la mitología griega (de dónde más): era la madre de la luna (y también del sol). Despacio también.
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