Es un día histórico: por primera vez, mi hija me explica una palabra. Lo atesoro como el momento en que le agarré la manito para caminar y tuve la certeza de que esa sería la primera vez de muchas.
La palabra es “Obliviate” y no, no es nueva, dirán. Es nueva para mí; tiene más de diez años en circulación. Es -creo- una palabra con autoría: fue creada por J.K. Rowling en 2007, en Harry Potter y las reliquias de la muerte, el séptimo y último libro de la saga. O quizás todavía antes; mi hija no está segura. Sí sabe que desde el segundo libro, Harry Potter y la cámara secreta, se habla de los “embrujos desmemorizantes”. Pero recién en el 7 Hermione Granger pronuncia este; al menos, en la versión fílmica, que por supuesto es la que popularizó el término. Hay un debate entre les fans, que discuten si es “Obliviate” lo que dijo Hermione en el pasaje en el que modifica los recuerdos de sus progenitores; eso es lo que muestra la película, pero en el libro este hechizo aparece explícitamente recién más tarde, y dirigido a Antonin Dolohov.
Obliviate, preciosa palabra: tiene la virtud de funcionar como orden tanto en inglés como en castellano. Tal como se marca en Wiki Harry Potter Fannon, “puede derivar de la palabra en latín oblivisci, que significa ‘olvidar’, o del verbo inglés oblivion, que se define como ‘el hecho o condición de olvido o de haber olvidado’” (…) o del término latino oblivio, que también significa ‘olvidar’”. Como decía una antigua publicidad argentina: Olvidate.
En la película, Hermione lo usa con(tra) sus propies mamá y papá, a quienes hace olvidar su identidad, para protegerles. Esa idea de la memoria como peligro es, creo, la misma que me trajo la palabra. Me lo regaló @marcosnvaliente, en respuesta a un tuit donde yo preguntaba “¿se acuerdan de las fiestas por zoom? ¿hacemos un pacto de olvido?”. A juzgar por las respuestas, parece que ya somos un buen número quienes querríamos olvidar algunas circunstancias extremas de la pandemia. ¿Será que ya podemos?
Categoría: número 57 (llévame que voy, llévame adonde sea)
2. Mosquirix
“La Organización Mundial de la Salud ha respaldado a Mosquirix, una vacuna contra la malaria que ha sido probada con éxito en estudios en Kenia, Malaui y Ghana”, cuenta Elda Cantú en la última edición de El Times, el newsletter de The New York Times en español. “El paludismo causa cada año la muerte de medio millón de personas, de las cuales la mitad aproximadamente son niños menores de 5 años. La vacuna tiene una eficacia de alrededor del 50 por ciento y constituye un avance positivo frente a la medida preventiva más utilizada, que son los mosquiteros tratados con insecticida”.
La noticia de la vacuna contra la malaria, reclamada durante décadas como una deuda social, se conoció el miércoles a la noche. El mismo miércoles, por la mañana, había escuchado en un webinario sobre la relación entre investigación científica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se invierten muchos más fondos en investigar cómo combatir el cáncer que en cómo frenar la malaria, que tiene una mortalidad muchísimo más alta a nivel global. Pero como más del 90 por ciento de esas muertes suceden en África subsahariana, los grandes laboratorios no ponían mucho interés en financiar la investigación contra esta enfermedad.
Malaria, de paso, viene del italiano “mal aria”, literalmente “mal aire”: hacía referencia la teoría miasmática, que sostenía que la enfermedad venía de los miasmas, emanaciones de pantanos y aguas sucias. Se conoce la enfermedad desde el principio de la humanidad; dicen que la mitad de las personas podría haber muerto por su causa, incluidos Tutankamón, Gengis Khan y Alejandro el Grande. Recién en 1880 se identificó que es transmitida por un mosquito. Bienvenida Mosquirix, la vacuna con nombre de héroe.
3. Villamelón
Cada tanto me regalan palabras así.
“Muy mono y lo que quieras,
pero Anthony Bourdain
era un villamelón.”
Es un tuit de Aurelio Asiaín, poeta mexicano residente en Japón, así que cuando esa mañana le pedí auxilio para entender la palabra me dijo “Ah, mañana te escribo algo. Ya me estoy yendo a dormir”. Y mientras él dormía en japonés, otros tuvieron la delicadeza de explicarme. “En el s. XVIII, se usaba el término ‘melón’ para designar a personas no muy brillantes. ‘Cabeza de melón’, alguien que no sabe. Y estas personas eran naturales de Villa Melón, pueblo imaginario donde viven los tontines. De ahí villamelón como despectivo. Usado en tauromaquia”, dijo François Gyr. Sumó Jonathan Mirus: “El DEM agrega sobre el villamelón que ‘opina acerca de ella [las corridas] sin conocer bien el arte y la técnica’. En el fútbol se utiliza para nombrar a una persona que traiciona al equipo al que apoya por otro en mejor momento. Alguien que no sabe _querer_ a su equipo.” Imaginé que el DEM sería el Diccionario de Español de México y encontré la definición citada. Venía con un ejemplo: “El mal espectáculo en la plaza sucede frente a un público cada vez más villamelón, al que le importa un bledo que lo estafen”. Me quedé pensando en si se trataba de una cuestión de incompetencia (“sin conocer”) o de mala fe (“que traiciona”), y en cómo esos dos sentidos podrían confluir en la ambigüedad hermosa de no_saber_querer.
¿Y Bourdain? “¿Un villamelón de las artes culinarias?”, preguntan. Responde Asiaín: “De la degustación. Nunca dice nada en realidad sobre lo que prueba, salvo que está riquísimo. Y que se la pasa bomba. Un tipo muy simpático, sin duda, y probablemente un buen chef, pero describir no sabía.”
4. Rurbano
Esta se la agradezco a Natalia Ginzburg, que me mandó el artículo “Los comunes rurbanos del Alto Fucha en Bogotá”. La nota al pie número 5 lleva -sorpresa- a otra palabra: “El rururbano se vislumbra como un área en la cual se entreteje un juego de relaciones entre estructuras y actores evidente tanto en la configuración del paisaje como en las prácticas sociales. La población de estas zonas está expuesta a presiones de diferente índole, tales como las que ejercen agentes inmobiliarios, las derivadas de políticas de planificación urbana, las de agentes de diversos sectores económicos como industrias u otras empresas que se interesan en estas tierras. Sereno, C; Santamaría, M. y Santarelli de Serer, S. 2010. “El rururbano: espacio de contrastes, significados y pertenencia, ciudad de Bahía Blanca, Argentina”.
Entonces, ¿rurbano o rururbano? “Rurbano” tiene 37400 resultados en Google; “rururbano”, 21200, pero con artículo en Wikipedia. “Un espacio rururbano, es un territorio antes totalmente rural que en la actualidad se suele utilizar para fines industriales o urbanos. (…) espacios donde confluyen dinámicas propias de la ciudad y dinámicas propias del campo, un híbrido entre lo urbano y lo rural.” ¿Cómo nunca vi que “rural” y “urbano” compartían ese “ur” clave que permite engancharlas?
Según María Mercedes Cardoso y Blanca Fritschy (2012), los dos términos coexisten como traducción de rurbanisation, “un neologismo empleado para referir a un proceso evolutivo que afecta a la periferia de ciertas ciudades”. Lo crearon Gerard Bauer y Jean Michel Roux en La rurbanización o la ciudad dispersa (1976).
“Rururbano” lo veo en publicaciones latinoamericanas, asociado a conflictos por el uso de tierras antes rurales. “Rurbano” sale más en fuentes europeas, en tono bucólico: desde “hermanar la vida del campo y la ciudad” hasta “el proceso de aumento de la presencia de espacios verdes y/o de la agricultura en las ciudades: una ruralización de lo urbano”. Puntos de vista.
5. Algoactivismo
“El ‘algoactivismo’ refiere a las acciones llevadas adelante por los trabajadores para lograr que el funcionamiento de los algoritmos sean más beneficiosos para sus trabajos. El ejemplo de los conductores que trabajan para Doordash (una especie de Rappi) es muy bueno: comprobaron que cada vez que rechazaban un viaje la aplicación se lo ofrecía a otro conductor por más dinero. A partir de eso armaron un grupo de Facebook en el que se alentaba a todos los conductores a no aceptar ningún viaje que pague menos de 7 dólares (la base de la que partía Doordash era 3 dólares)”, cuenta Alan Porcel en su newsletter Máquina Extraordinaria. Remite al ensayo de Li Jin “Un movimiento trabajador para la economía de plataformas”. “El objetivo de las empresas basadas en aplicaciones y a on demand es trasladar los beneficios del conductor a la empresa”, explica Dave Levy, uno de los fundadores del grupo Decline Now. “Nuestro objetivo es el contrario”.
Li Jin lee este caso junto a la huelga de twitcheros (N52P07), y concluye que “está surgiendo una nueva forma de activismo laboral colectivo adaptada a la gig economy y a la creators economy: lo que llamamos acción colectiva descentralizada”.
Entre las formas de esta acción menciona el algoactivismo, un término que toma de Katherine Kellog (MIT), Melissa Valentine y Angèle Christin (Stanford). Ellas lo definen como “tácticas de resistencia individual y colectiva al control algorítmico”. Las clasifican en cuatro líneas: resistencia individual a través de la acción práctica, organización de plataformas, enmarcado (framing) discursivo sobre la equidad algorítmica, la responsabilidad y la transparencia, y movilización legal en torno a la privacidad de los empleados, la vigilancia de los directivos, la discriminación y la propiedad de los datos”.
Además de #DeclineNow, Li Jin menciona “intentos similares de subvertir el control algorítmico que se han observado en plataformas como TikTok, Uber, Airbnb, Fiverr y TaskRabbit”.
6. Filtradora
“Ha empezado la previsible campaña para desacreditar a Frances Haugen, la filtradora de Facebook”, tuiteó ayer viernes Marta Peirano. “Recordad que filtró documentos legítimos que demuestran que FB miente sobre lo que hace, el impacto que tiene y su supuesta lucha contra la desinformación.”
Me encanta “filtradora” como traducción para whistleblower, y en femenino. Porque la palabra suele asociarse a hombres, como Snowden, pero las últimas son mujeres. Hace un año, otra ex empleada de Facebook, Sophie Zhang, dijo que tenía “sangre (N03P04) en las manos”: “yo, personalmente, tomé decisiones que afectaron a presidentes”. Y el martes, Haugen dijo ante el Senado de Estados Unidos: “Las plataformas de Facebook dañan a los niños, avivan la división y debilitan nuestra democracia”.
Fue un día después de la caída masiva de Facebook, Whatsapp e Instagram, que dejó a miles de millones de personas sin servicio por más de siete horas. El domingo, Haugen había revelado en el programa 60 minutes que era ella, ex responsable de integridad cívica de la empresa, quien filtró los “Facebook Files”, documentos internos que el Wall Street Journal publica hace semanas. Revelan que en Facebook sabían que Instagram es “tóxico para muchas adolescentes” y que hay una elite de usuaries para quienes no se aplican las reglas, entre muchas otras cosas.
“Saben cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no lo harán porque han puesto sus ganancias astronómicas antes que las personas. Es urgente que el Congreso actúe”, dijo Haugen.
“Esto ocurrió el domingo en la noche y esta mujer fue citada al Congreso. Al otro día se cayó el servicio. En Estados Unidos es imposible desligar los dos hechos, se vivió como la continuidad de un proceso. Muchas teorías conspirativas dicen que es probable que esto haya sido un sabotaje de otro empleado“, dijo Julio López el martes, en RadioConVos.
Según expertos consultados por Reuters, “tanto un error como un sabotaje interno son plausibles”.
7. Desmonetizar
“YouTube desmonetiza al contenido negacionista del cambio climático”, titula Mashable. “Todavía va a estar permitido en la plataforma; solo que no podrás ganar plata con eso”. En un comunicado colgado en las páginas de soporte de Google, se lee: “En los últimos años, hemos escuchado directamente a un número cada vez mayor de nuestros socios publicitarios y editores que han expresado su preocupación por los anuncios que aparecen junto a afirmaciones inexactas sobre el cambio climático o que las promueven. Los anunciantes simplemente no quieren que sus anuncios aparezcan junto a este contenido. Y los editores y creadores no quieren que los anuncios que promueven estas afirmaciones aparezcan en sus páginas o vídeos. Por eso, hoy anunciamos una nueva política de monetización para los anunciantes, editores y creadores de YouTube que prohibirá los anuncios y la monetización de contenidos que contradigan el consenso científico bien establecido sobre la existencia y las causas del cambio climático. Esto incluye contenidos que se refieran al cambio climático como un engaño o una estafa, afirmaciones que nieguen que las tendencias a largo plazo muestran que el clima global se está calentando, y afirmaciones que nieguen que las emisiones de gases de efecto invernadero o la actividad humana contribuyan al cambio climático”. Pegar donde duele.
8. Reunificación
Se está picando en Taiwán.
El jueves, The Wall Street Journal reveló que hay fuerzas militares estadounidenses desplegadas en Taiwán desde hace por lo menos un año, entrenando a militares taiwaneses que temen una invasión de China.
Apenas dos días antes, el martes, Joe Biden había dicho que había pactado con Xi Jinping “respetar el acuerdo de Taiwán”, relativo a establecer relaciones diplomáticas con la República Popular de China (más conocida como China continental, o China) en lugar de con la República de China (más conocida como Taiwán). China y Taiwán, (o “China popular” y “China Nacional”) llevan más de medio siglo de guerra civil; Taiwán (o “República de China”) es un país soberano con reconocimiento limitado, que afirma ser el legítimo representante de China. Por eso el acuerdo es importante, sobre todo en un momento en que –Aukus (N54P06) mediante- la presencia de Estados Unidos en el Pacífico está aumentando.
Desde el viernes 1, Día Nacional de China, Taiwán informa que 148 aviones de la fuerza aérea china sobrevuelan su zona de defensa aérea. Estados Unidos instó el domingo a China a detener sus actividades militares cerca de Taiwán.
El editorial del lunes del Global Times, un medio oficial chino en inglés, se titulaba: “Es tiempo de advertir a los secesionistas de Taiwán y a quienes los fomentan: la guerra es real”. En un artículo del jueves, el GT citaba a un académico chino que decía: “Es imposible para cualquier fuerza extranjera detener el proceso de reunificación de China, ya que China central (mainland) está determinada a romper todo tipo de de intervención, es capaz de hacerlo y podría reunificar la isla por la fuerza si fuera necesario”. Ayer titulaban: “La presencia secreta de las tropas estadounidenses en la isla de Taiwan no es una amenaza real, pero podría acercar la reunificación de China”.
9. Antología
“Me llama la atención una enorme planta trepadora de hojas verdes con flores naranjas que en el centro tienen un punto negro, negrísimo. Son tantas que cubren toda la pared. Su nombre científico es Tunbergia pero se la llama también: ojos de poeta, ojos negros, ojo morado, hierba del susto. Últimamente noto una concomitancia entre el amor por las palabras y el amor por la botánica; hace poco me enteré que antología, que para mí siempre significó una recopilación de obras literarias, en su origen quiere decir colección de flores. La palabra proviene del griego anthos, que significa ‘flor’, y legein, que quiere decir ‘escoger’. Es decir que originalmente la palabra se usaba para designar una selección de flores para un ramillete.
Esta planta tiene flores naranjas pero también hay amarillas, rojas y rosas. Es una planta bastante salvaje, incluso invasiva. Corto algunas pero se me deshacen en las manos, sus pétalos son delicados. Voy a conseguir una para mi casa. Tengo muchísimas plantas en mi casa pero siempre se puede tener una más. Las plantas son como los libros, nunca son suficientes.”
Joana D’Alessio en La Agenda.
10. Gula geográfica
-Hamaca mágica, ¡llévame que voy, llévame adonde sea!
Así dice Pilar, la protagonista de la saga Diario de Pilar, de Flavia Lins e Silva. Y la hamaca obedece a ese deseo inespecífico, de todo y nada, del deseo ajeno, deseo de desear.
La hamaca dorada comenzó a girar hacia adelante y perdimos la noción de dónde estaba el techo y dónde estaba el piso. Fuimos sacudidos, todo quedó a oscuras, y cuando la hamaca dejó de girar, vimos que estábamos en un barco grande, rodeados de hamacas por todos lados.
Tras esa travesía al estilo Dorothy y el tornado, Pilar se encuentra en el río Negro, llegando al encuentro de las aguas, el punto más característico del Amazonas. Mira su collar de globo terráqueo.
-Qué pena que Manaos ya quedó atrás. Tenía tantas ganas de conocer la capital del Amazonas…
-Tú quieres conocer todo, ¿verdad, Pilar? -preguntó nuestra nueva amiga, riendo.
-Sí, quiero. Mi sueño es conocer el mundo entero: país por país, ciudad por ciudad.
-¡Eso se llama “gula geográfica”! -inventó Breno.
Mi amigo tenía razón, ¿pero qué podía hacer con mi curiosidad sin fin? Quería conocer todos los rinconcitos del globo terráqueo, todas las comidas, todas las formas de vida.
Me parece un hallazgo “gula geográfica” para traducir Wanderlust a una novela para niñes. Porque lust va más para el lado de lujuria, que no es una idea muy ATP. Aunque lust es lujuria en inglés, pero Wanderlust viene del alemán, y ahí el sentido es más amplio: deseo, ganas, pasión, placer. Literalmente es “deseo de caminar”, de wandern + lust. Deriva en deseo de andar sin rumbo, vagar, vagabundear. She had the urge for going / and the she had to go, cantaba Joni MItchell. Leaving my family / leaving all my friends / my body is at home / but my heart’s in the wind, cantaba Tom Waits.
Deseo inespecífico, de que venga lo que venga: Llévame que voy, llévame adonde sea. Leo que el concepto de Wanderlust se asocia al de Fernweh, acuñado por Alexander von Humboldt: “la nostalgia por los lugares que todavía no se han conocido y la melancolía por permanecer siempre en un mismo lugar”. Se construye en oposición a Heimweh, “nostalgia”, donde Heim viene de Heimat, “patria”. Fern, en cambio, es distancia. Anti nostalgia, nostalgia de estar lejos. Eu quero tocar fogo neste apartamento / Eu quero é ir-me embora / Eu quero dar o fora, cantaba Caetano Veloso. E quero que você venha comigo.