1. Catastrofismo

Delicias de la edición del New York Times en español, gracias al newsletter El Times. “Alaina Wood es muy consciente de que, hablando en términos planetarios, las cosas no están tan bien. Ha leído informes nada optimistas sobre el clima, ha seguido los cataclismos meteorológicos y ha atravesado numerosos momentos de pesimismo. También forma parte de un creciente grupo de personas, muchas de ellas jóvenes, que luchan contra el catastrofismo climático, esa idea de que es demasiado tarde para cambiar las cosas. Creen que centrarse solo en las noticias funestas sobre el clima puede sembrar el miedo y la parálisis, fomentar la inacción y convertirse en una profecía autocumplida.” La nota, de Cara Buckley, se titula “Siéntese, viejo catastrofista”. “Algunos defensores del clima se refieren a la postura adoptada por Wood y sus aliados como OK, Doomer (que podría traducirse como “Sí, catastrofista” o, en algunos países hispanohablantes, como “Siéntese viejo catastrofista”) y que hace referencia a OK, Boomer, la refutación de la generación Z a la condescendencia de los baby boomers, la generación que nació a mediados del siglo pasado.” Catastrofismo es la traducción de “doomism”. 
Buckley cita a Sarah Ray, autora de A Field Guide to Climate Anxiety (o ecoansiedad, N49P02): “Si el problema es tan grande y nosotros tan pequeños, como nos dice el discurso catastrofista; entonces, tenemos que hacer que el problema sea más pequeño y que nosotros seamos más grandes”. Y al activista Philip Aiken: “‘Es demasiado tarde significa solo quiero vivir con comodidad el tiempo que me queda’’, explicó Aiken. ‘Significa no tengo que hacer nada y tampoco soy responsable y puedo seguir adelante con mi vida como quiera‘. Para evitar su propia sensación de catastrofismo, Aiken controla su consumo de noticias sobre el clima. Se le ocurrió una métrica: centrarse en un 20 por ciento en los problemas y en un 80 por ciento en las soluciones. Entendió que tiene toda una vida de trabajo por delante y se concentra en los movimientos de base y en el cambio local”.
 

2. Ecocreadores

Otro fragmento de “Siéntese, viejo catastrofista”, del New York Times en español.
 “Personas como Wood, y su floreciente comunidad de comunicadores sobre el clima, creen que quedarse en el marasmo de la fatalidad climática solo ayuda a mantener un statu quo dependiente del consumismo y los combustibles fósiles. A través de las redes sociales, ella y sus compañeros ‘ecocreadores’ presentan discursos alternos que destacan las noticias positivas sobre el clima, así como las formas en que la gente puede luchar contra la crisis en su vida cotidiana. Además de calmar su propia ansiedad ecológica, tienen una audiencia cada vez más ávida de lo que tienen que decir.
En el verano de 2021, Wood, cuyo nombre de usuario es @thegarbagequeen, empezó a crear videos en TikTok en los que desmentía ejemplos extremos de catastrofismo climático —entre ellos que toda la humanidad perecerá en cuestión de décadas— y transmitía noticias de victorias climáticas variadas (….). Wood también ayudó a formar un grupo de TikTok de defensores climáticos afines llamado Eco-Tok y comentó que su etiqueta #ecotok ha tenido más de 200 millones de vistas.(…)
Muchos defensores del clima dicen que presionar por un cambio sistémico al mismo tiempo que se toman medidas personales rinde beneficios. Las acciones individuales pueden tener efectos más amplios, como fue el caso de la adolescente sueca Greta Thunberg, cuyas solitarias huelgas escolares por el clima se transformaron con el tiempo en un movimiento internacional. ‘Ambos pueden coexistir’, dijo Isaias Hernandez un joven de 25 años que publica videos sobre la justicia climática en redes sociales con el nombre QueerBrownVegan. ‘Puede haber cambios grandes y locales al mismo tiempo. Tu participación importa. Estás influenciando a alguien a tu alrededor. Las generaciones existentes y las futuras se pueden beneficiar’”.
 

3. Esperancismo

Tercera y última palabra tomada de “Siéntese, viejo catastrofista”, el artículo de Cara Buckley publicado en el New York Times en español.
(…) “Como dijo Mary Annaïse Heglar, ensayista enfocada en clima y una de las presentadoras del podcast y boletín Hot Take: ‘Mira todas las vidas en el equilibrio entre 1,5 y 1,6 grados’. Se refería a las tormentas, sequías, calor e inundaciones adicionales que los científicos dicen que resultarán por cada fracción de grado de calentamiento global.
Para Heglar, tan malo como el catastrofismo climático es lo que ella llama “esperancismo” (hopeism en ingés), un optimismo sin fundamentos que confía en que alguien va a idear una solución mágica para el medio ambiente.
‘Debajo del catastrofismo y el esperancismo está la duda ¿Vamos a triunfar?’”, dijo Heglar. “En este momento eso es prematuro. Tenemos que preguntarnos si vamos a intentarlo. No sabemos si vamos a triunfar hasta que lo intentemos. Si lo hacemos o no, igual habrá valido la pena”.
 

4. Ecopsicología

Fácil: la contraparte de la ecoansiedad (N49P02).
La encuentro en otro artículo del New York Times en español. Ellen Barry titula: “El cambio climático entra al consultorio”, y asegura: “Hace diez años, los psicólogos propusieron que un amplio abanico de personas sufriría episodios de ansiedad y duelo por el clima. El escepticismo sobre esa idea ha desaparecido.” O sea, que ya no se discute.
Uno de los que instalaron la idea fue el psicólogo Thomas Doherty. “Se especializa en la angustia relacionada con la catástrofe climática, o ecopsicología, que era, como él dice, un ‘área cuestionable’ hasta hace poco”, describe Barry. “(….) Había recogido una idea que, en aquel momento, era novedosa: que las personas podían verse afectadas por el deterioro ambiental aunque no estuvieran físicamente atrapadas en una catástrofe”. En “The psychological impacts of global climate change” (Doherty y Clayton, 2011), se distinguen tres tipos de impacto del cambio climático en la salud mental: directos, indirectos y psicosociales.
La nota sigue a Alina Black, una mujer de Oregon abrumada por el cambio climático y la huella ambiental que genera. “Entiende lo privilegiada que es; describe su ansiedad como un ‘problema de lujo’. Pero aun así: los juguetes de plástico en la bañera la ponían nerviosa. Los pañales desechables la ponían nerviosa. Empezó a preguntarse cuál es la relación entre los pañales y los incendios forestales. ‘Siento que he desarrollado una fobia a mi forma de vida’, comentó”. No es la única: según una encuesta publicado en The Lancet, realizada en diez países a 10.000 personas de entre 16 y 25 años, tres cuartas partes dijeron que creían que “el futuro es aterrador” y el 56 por ciento aseguró que “la humanidad está condenada”.
Doherty conduce el podcast Climate Change and Happiness. “‘En el futuro, incluso en los peores escenarios, habrá días buenos’, le dijo una vez a Black. ‘Habrá catástrofes en determinados lugares. Pero tus hijos también tendrán días buenos’.”
 

5. Mitigación

¿Cómo no salió antes “mitigación”, una de las palabras fundamentales del léxico del cambio climático? Bueno, ya era hora: hoy la trae el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC. La semana pasada se conoció el informe del Grupo de Trabajo III, dedicado precisamente a la mitigación. 
El glosario del mismo IPCC define: “Mitigación: Cambio tecnológico y sustitución que reducen los insumos de recursos y las emisiones por unidad de producción. Aunque varias políticas sociales, económicas y tecnológicas producirían una reducción de las emisiones con respecto al cambio climático, la mitigación significa aplicar
políticas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar los sumideros”.
Dice el informe recién publicado: “Todas las trayectorias globales modelizadas que limitan el calentamiento a 1,5°C sin sobregiro (N47P05) o con un sobregiro limitado y las que limitan el calentamiento a 2°C implican reducciones rápidas y profundas, y en la mayoría de los casos inmediatas, de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los sectores. Las estrategias de mitigación modeladas para lograr estas reducciones incluyen la transición de los combustibles fósiles sin captura y almacenamiento de carbono (CAC) a fuentes de energía de muy baja o nula emisión de carbono (net zero, N38P09), como las energías renovables o los combustibles fósiles  con CAC, demandan medidas complementarias y mejora de la eficiencia, la reducción de las emisiones que no sean de carbono  y el despliegue de métodos de eliminación de dióxido de carbono para contrarrestar las emisiones residuales de gases de efecto invernadero. “ O sea: esas son las estrategias de modelización necesarias para no pasarnos de los dos grados de calentamiento. Mitigar implica actuar, más bien ya mismo, hacia un cambio tecnológico rotundo.
Según la economista Jayati Ghosh, los gobiernos de 52 naciones desarrolladas continúan subsidiando fuertemente a los combustibles fósiles. 
 

6. Minecraft

“El proyecto que une Vaca Muerta, Zapala y las criptomonedas”, tituló el miércoles La Mañana de Neuquén. Y después: “Zapala podría convertirse en una localidad productora de criptomonedas (…). La energía para crear estos bitcoins se sacaría del gas extraído de Vaca Muerta.” 
Una localidad productora de criptomonedas. Como si las criptomonedas fueran un producto, algo que se puede comer, o vender, o  exportar, que crea trabajo o paga impuestos. 
La nota destaca que se harán ductos para llevar gas al data center, que “estará en condiciones de generar unos 50 bitcoin por mes”. Generar. Estiman que emplearán “entre 100 y 150 personas”.
“Estamos diversificando y ampliando la matriz económica; estamos creando desarrollo en la zona Centro y dando pasos pioneros en esta tecnología aplicada, para darle valor agregado a los procesos productivos”, dijo el gobernador Omar Gutiérrez. No termino de entender dónde está el valor agregado del bitcoin ni cómo incide en los procesos productivos.
Fernando Montero, CEO de la Zona Franca Zapala, dijo a BNAmericas: “Queremos que se establezcan empresas de tecnología y exporten a todo el mundo desde aquí”. La consultora agrega: “Además de las ventajas aduaneras y logísticas, en la zona de Zapala no se pagan impuestos por el uso de servicios públicos”. 
“La empresa detrás es FMI Minecraft Managment, del empresario John Blount, quien se ha especializado en la minería cripto desde 2018”, cuenta Eduardo Venegas en BeinCrypto. La web de la empresa parece creada ayer. Invita a conocer su “nueva operación minera”, y entre fotos de Neuquén destaca cuatro ventajas: “una de las reservas de gas más grandes del mundo”, “dentro de una zona de libre comercio”, “logística en la puerta” y “precio de la energía debajo de los $0.03 centavos”.
Tuiteaba Martín Álvarez: “Gas de fracking de Vaca Muerta para hacer criptomonedas. Subsidias con arcas estatales la extracción fósil para el beneficio de una moneda privada sin control estatal. ¿Cuánto derrame puede tener eso?”
 

7. Craso

“Oh Elon, como hombre más rico de nuestro tiempo, ojalá compartas el final de Craso, el hombre más rico de Roma”, tuiteó Lordo el jueves. Es que Elon Musk estuvo en boca de todes esta semana. Fue por su intento de controlar Twitter, apenas unos meses después de haberse estrenado como accionista. Las noticias de la semana parecen un resumen de Succession: se habla de “compra hostil”, del reglamento de la sociedad y de opciones de los accionistas como “la píldora envenenada”. En resumen: ofreció comprarla por 43 mil millones de dólares, tomando la acción a $54,2, un 54% más de lo que valían antes de su inversión. También amenazó con liquidar sus acciones -el 9 por ciento de la empresa-  si recibe un no. Pero a los dueños de Twitter -como el saudí Al Waleed bin Talal, de Kingdom Holding Company- rechazaron la transacción. 
“Marco Licinio Craso fue un relevante aristócrata, general y político romano de la era tardorrepublicana, más conocido como Craso el Triunviro. En la batalla de la Puerta Colina se distinguió en el mando del ala derecha del ejército de Sila. Además, aplastó la revuelta de los esclavos acaudillada por Espartaco. La importancia de Craso en la historia mundial proviene, sin embargo, del apoyo financiero y político que brindó al joven y empobrecido Julio César, apoyo que le permitió embarcarse en su propia carrera política”, dice la Wiki. Y cuenta que encontró su final luchando contra el pueblo parto. “A su llegada al campamento parto fue capturado y asesinado de un modo atroz, introduciendo por la garganta del triunviro oro fundido, en alusión a su codicia.”
 

8. MAD

Esta semana Finlandia y Suecia anunciaron su intención de sumarse a la OTAN. En respuesta, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvedev, dijo que si eso pasa “ya no se podrá hablar de un Báltico sin armas nucleares y el equilibrio deberá ser restablecido”. Sutil. 
Otra vez el chistecito nuclear. Me acordé de un párrafo del artículo “Crimen y lenguajillo”, de Guillem Martínez en CTXT.es, que ya cité varias veces.
“¿Putin es MAD –siglas en inglés de la alocución Destrucción Mutua Asegurada, esa meditación que tanto dio de sí durante cuatro décadas–, o está mad? Esa duda ya es un arma. De Putin.”
 

9. Clara

Mi abuela Sara era hija única. Nació después de la guerra (y antes de la guerra, pero eso no lo sabían) en un pueblito entonces polaco y hoy ucraniano, cerca de Lviv, hoy otra vez en peligro.
Las amenazas de los años que siguieron la trajeron a Montevideo en 1933. Allá -o quizás antes, en el barco- mi bisabuela conoció a la señora Gleicher. Su hija, Clara, se volvió la hermana de hecho de mi abuela.
Cuando Sara tenía quince se mudó con sus padres a Rosario, donde enseguida conoció a mi abuelo. Mientras tanto, un joven judío de Buenos Aires viajaba a Montevideo a conocer a Clara y se enamoraba instantáneamente. Así se contaban los romances antes. A mediados de los años cuarenta ya eran dos jóvenes matrimonios fotografiándose felices en restaurantes y teatros de la calle Corrientes. Llegaron los hijos y los criaron como primos. 
Fotos de Sara y Clara sonriendo espléndidas en el Partenón o Ciudad del Cabo. Sara y Clara con vestidos que ni Betty Draper en bar mitzvás y casamientos. Clara fue una pieza fundamental en la crianza de sus siete nietes y ocho bisnietes. Yo les veía cada otoño y cada primavera, para Pesaj y Rosh Hashana, desde antes de tener memoria. Jag Sameaj, A guit iur. Alguna vez jugué a buscar el pedacito de matzá escondido. ¿Por qué esta noche es distinta de todas las noches? Pasaron las décadas, llevé a mis hijas. Mazel tov. 
Los maridos -los abuelos- quedaron en el siglo XX. Sara murió hace casi cinco años; fue rara la primera fiesta sin ella. La tía Clara siempre alta en la cabecera de la mesa larga, sonriendo detrás de los candelabros. 
Así hasta 2019.. En 2020 hicimos un remedo de Pesaj por zoom. Alguien le acercó un teléfono y pudimos saludarla. 
Clara murió el 7 de marzo, en su cama. Tenía cien años, no sufrió, ¿qué más se puede pedir en un mundo de mortales? 
Tras el entierro, mi mamá me dijo: Ya no queda ninguna persona con la que pueda hablar de mi infancia. 
Es el primer Pesaj post pandemia y ya no queda ninguna persona con la que pueda hablar de mi abuela, del viaje en barco.
(Leo que murió Liz Sheridan – la actriz que representaba a la mamá de Jerry en Seinfeld, madre judía icónica-, y siento que a todes nos pasa un poco lo mismo).
 

10. Pororoca

“¿Sabés qué es la pororoca?”, dijo de repente mi mamá, a propósito de nada. 
No, yo no sabía.
“Está en una canción de Caetano Veloso. Y él lo explica. En la desembocadura del Amazonas, el agua del mar se cruza con la del río y hace presión de una forma tal que se crea una ola gigante. La pororoca. ¿Y sabés qué hacen ahí? La surfean”. 
Busco.  La Wiki:  “La voz pororoca es una onomatopeya de la lengua tupí-guaraní pororó-ká, que significa “gran estruendo”,1​ y se utiliza para designar un fenómeno similar al que se conoce como macareo en el delta del río Orinoco, que se manifiesta como una especie de oleaje ruidoso que recorren los grandes ríos del norte del país, especialmente el río Amazonas, a partir de su desembocadura durante decenas de kilómetros. “Hay videos para elegir que muestran la ola gigante y la gente surfeándola río arriba. Más que alta, es una ola larga y duradera.
Busco la canción de Caetano y no la encuentro; en cambio escucho esta de Maira Baldaia y esta electrónica. Me emperro hasta que aparece: la palabra que él usa es pororoquinha. Su canción se llama Branquinha y habla de nadar contra la marea.
La pororoca se pone más intensa cuando se alinean la Tierra, el sol y la luna, es decir alrededor de los equinoccios. A fines de marzo, mientras trata de paliar la inundación de agua salada, .el pueblo de São Domingos do Capim celebra el Festival da Pororoca con torneos de surf y música. 
Agua de mar entrando al río. Justo en la época en la que alguna vez -dicen- un mar se abrió para dejar pasar, y volvió a cerrarse.
Dicen que la ola crece cuando hay luna llena, como hoy.
Existen olas grandes, largas, raras, ruidosas. Olas extraordinarias.
¿Y sabés qué hacemos ahí?