1. Terraformación

“El tipo blanco, rico, con sombrero vaquero, montado en un pene gigante, erecto, rumbo al espacio para inaugurar el turismo espacial. Capitalismo, tecnología y masculinidades”, tuiteaba el martes Paz Peña. Comentaba otro tuit, de Charlie Stross, que mostraba la foto del cohete de Jeff Bezos y decía: “LA MISIÓN DICKSPURT UNO VA POR EL DESPEGUE”. Paz cerraba: “Nunca pensé que la terraformación daría una imagen tan ridícula y, en el fondo, un poco patética.”
“Una importante institución de investigación nos remitió al departamento de estudios de género”, dicen en The Guardian sobre la forma del Nuevo Pastor, el cohete con el que el hombre más rico del mundo se paseó por el espacio por diez minutos. Otros científicos les dijeron que había razones aerodinámicas para darle la forma de “un hongo que se ensancha sobre un largo eje”. Manuel Ligero tituló en Climática: “El ego de Jeff Bezos alcanzó el espacio exterior”. Por 5500 millones de dólares que, como  hizo saber, pagaron les clientes y empleades de Amazon
Terraformación: literalmente formar Tierras; transformar a otros planetas en habitables por humanes. El famoso planeta B. O, como decía Musk, volvernos multiplanetaries (N45P07). La palabra viene de la ciencia ficción, claro: apareció por primera vez en el cuento “Órbita de colisión”, de Jack Williamson, en 1942. Pasó de literatura a objetivo científico
Tais Gadea Lara destaca en Red/Acción: “[Estos cohetes] emiten hasta 100 veces más dióxido de carbono por pasajero que los vuelos de larga distancia que podemos llegar a realizar de un país a otros”. Mientras tanto, la cantante Grimes, pareja de Elon Musk, felicita a su amigo Lil Uzi Vert, quien dice estar comprando un planeta (llamado WASP). Ramin Skibba argumenta que es hora de crear un nuevo Tratado Espacial Internacional.
“Tenemos que tomar toda la industria pesada y contaminante, y trasladarla al espacio”, dijo Bezos cuando volvió de su vueltita. Es más fácil imaginar el fin de la Tierra que el fin del capitalismo.
 

2. OMM

Mientras tanto en la Tierra, la Organización Meteorológica Mundial acaba de difundir un informe preliminar. “Los fenómenos peligrosos relacionados con el agua encabezan la lista de desastres en términos de pérdidas tanto humanas como económicas en los últimos 50 años”, aseguran. “De los 10 peores desastres, aquellos que han supuesto las más grandes pérdidas humanas durante ese período han sido las sequías (650.000 muertos), las tormentas (577.232 muertos), las inundaciones (58.700 muertos) y las temperaturas extremas (55.736 muertos), según el Atlas de la OMM sobre mortalidad y pérdidas económicas debidas a fenómenos meteorológicos, climáticos e hidrológicos extremos (1970-2019), que se publicará en septiembre. Entre los 10 peores desastres en términos de pérdidas económicas figuran las tormentas (521.000 millones de dólares de los Estados Unidos) y las inundaciones (115.000 millones de dólares).”
Y estos son los datos hasta 2019. Todo indica que esto se intensificará: solo esta semana hubo al menos 56 personas muertas y 376 mil desplazadas por las fuertes inundaciones en la provincia china de Henan, con 7,5 millones de personas afectadas (números de la agencia china oficial Xinhua). Supongo que ya habrás visto el video de les pasajeres de subte con el agua al cuello. “Lo más terrible no era el agua sino la falta de aire”, dijo luego una sobreviviente. Aquí un hilo de videos para un nuevo género de terror climático. Mientras tanto en Mahrashtra, India, 110 personas murieron por inundaciones y deslizamientos de tierra en la temporada de los vientos monzones. Las 200 muertes por inundaciones en Europa son de la semana pasada.
Organización Meteorológica Mundial. No la tenía. Parece que -como la ONU, la OMS, más recientemente el IPCC– la OMM está llamada a ser una de las siglas con las que nos familarizaremos rápidamente. 
Ante todo, calma. Inspirar, exhalar, omm.
 

3. Biodesarrollismo

Omm y a remar. Siento que, a fuerza de pandemia y debacle, en las discusiones sobre recursos naturales y desarrollo se empieza a mover -por fin- una aguja que parecía petrificada. Más allá de exabruptos como “ambientalismo falopa” o “fachodesarrollo” (N45P04), aparecen otros términos. 
Uno promisorio es biodesarrollismo. Lo encontré en este artículo de Ernesto Semán en Panamá que merece lectura completa. Unas líneas: “Durante décadas y décadas, la creciente presión social por la preservación de la riqueza nacional no ha sido ningún impedimento para que el país sobrecultivara, deforestara, perforara y rociara con cuanto químico hubo disponible amplias zonas de su territorio, produciendo vacas, sojas, maíz, y otros productos primarios con un éxito notorio. Las preocupaciones ambientales recién tomaron fuerza en los últimos 15 años; me temo que Argentina lleva produciendo pobreza desde hace al menos medio siglo. Como bien señalan quienes buscan alternativas futuras en alguna forma de biodesarrollismo como base de una “coalición federal, popular y exportadora”, la inserción internacional deficiente y la recurrente crisis en la balanza de pagos parece intrínseca a cómo se ha pensado hasta hoy el sueño exportador.” Semán habla del “Modelo Argentino de Desarrollo Insustentable”, y remite a un artículo de Federico Zapata, “Biodesarrollismo: hacia una nueva coalición”. 
Zapata se basa en la noción de bioeconomía y la lleva a biodesarrollismo en un paso audaz: un “nuevo paradigma de ideas (estrategia)” para “la construcción de una coalición contrahegemónica”. “Argentina encuentra una posibilidad inédita para reconvertir su patrón estratégico de desarrollo nacional e inserción internacional. (…) Supone optimizar el uso de recursos biológicos mediante procesos industriales de mínimo impacto ambiental (…) [para] intensificar la producción exportable de nuestro país, sin agravar el equilibrio ambiental (…) con trabajo digno y desarrollo territorial armónico (…). Recuperar un patrón de desarrollo e insertarnos en el mundo como un bio-poder medio.”
 

4. Sauzal bonito

Falta.
“Un pueblo de pronto empieza a temblar. Un sismo, dos, treinta en un mismo día. El pueblo se llama Sauzal Bonito, en Neuquén. Viven 200 familias. Nunca habían sentido lo que desde hace más de tres años se volvió costumbre: explosiones debajo de la tierra. Las casas se agrietan, se caen los estantes, los niños lloran.
-No nos dan las manos para sacar a nuestros hijos afuera.
Dicen madres que en plena noche, cuando comienzan los sismos, tienen que elegir a cuáles de sus hijos rescatar primero. En los últimos tres días, Sauzal Bonito tembló más de 40 veces.
Sauzal Bonito está a 100 kilómetros de la capital provincial, en el departamento de Confluencia. Vive de la agricultura y la ganadería a baja escala. (…) Al pueblo, que se extiende a orillas del río Neuquén, aún no llegó el gas natural.
Del otro lado del río se levanta uno de los orgullos de Vaca Muerta: el yacimiento Fortín de Piedra, donde la compañía de Paolo Rocca (Tecpetrol) extrae el 13 por ciento del gas del país.
En Sauzal Bonito no hay dudas. Desde que empezaron las perforaciones petroleras (el fracking), empezaron las explosiones, los temblores.
(…) Las petroleras pagan estudios sismológicos y el gobierno provincial firma un convenio de confidencialidad con el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres) (…) [que] no publica en su página web los sismos registrados con magnitud menor a ‘3 ML (Magnitud Local)’.
En 2019, Gran Bretaña prohibió el fracking para evitar terremotos. Antes de eso utilizaba un sistema de semáforos al igual que Estados Unidos, España y Canadá. Cuando los sismos eran mayores a 1,5 grados automáticamente se frenaban todas las perforaciones.
En Vaca Muerta la lógica es otra: que se oculte, que nadie se entere.
‘Hay una carencia’, dice Patricia Alvarado, directora del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), ante la pregunta de cuántos sismógrafos hay en Vaca Muerta. (…) ‘Estoy atada de manos, no puedo hacer mucho’”. Maxi Goldschmidt, en Agencia Tierra Viva.
 

5. Punto de inflexión

Estamos llegando a otra noción de la emergencia climática (N45P06); la urgencia se va poniendo más urgente. La frase que resuena es punto de no retorno. Slavoj Zizek lo dijo mejor en su artículo “Última salida al socialismo” (tirate un título, Slavoj), en Jacobin Mag. “Los últimos datos dejan en claro que, aun luego de la campaña de vacunación —muy desigual, por cierto—, no podremos relajarnos y volver a la vieja normalidad. No solo la pandemia no terminó —el número de infectados está aumentando de nuevo y nos esperan nuevas cuarentenas—, sino que otras catástrofes se dibujan en el horizonte. A fines de junio de 2021, un domo de calor (…) en el noroeste de Estados Unidos y el suroeste de Canadá hizo que las temperaturas alcanzaran límites de 50°C. En Vancouver hizo más calor que en el Medio Oriente. Esta patología climática representa solo el punto más álgido de un proceso general (…). 
El aumento de la temperatura afecta al clima en general, pero el proceso registra picos más pronunciados en las localidades situadas en los extremos: tarde o temprano, estas se convertirán en puntos de inflexión. (…) La catástrofe no es algo que empezará en el futuro cercano, es algo que está sucediendo ahora, y no en un país distante de África o de Asia, sino aquí mismo, en el corazón del Occidente desarrollado. Para decirlo sin rodeos, vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con muchas crisis que se desarrollan en simultáneo a nuestro alrededor. (…)
Que nuestras élites políticas y empresarias estén preparándose para este escenario significa que la alarma está sonando. Aunque la perspectiva de que los multimillonarios se muden a otro rincón del universo no es realista, no podemos negar que los vuelos espaciales privados organizados por ciertos individuos —Musk, Bezos, Branson— expresan la fantasía de escapar a la catástrofe que amenaza nuestra supervivencia en la Tierra. ¿Qué nos espera a los que no tenemos adónde ir?”
 

6. Refugiados

¿Dónde va la gente cuando llueve y llueve y llueve? ¿Y cuando hay sequía y no hay comida? ¿Y cuando, por estos u otros factores, hay guerra civil o tiranías y faltan trabajo y pan? Es difícil de pensar desde mi comodidad, mirando la lluvia por la ventana. Pero sé que la gente se va, como puede. Caminando, corriendo, nadando.
En estos Juegos Olímpicos tan raros (que dicen ser de un año que ya pasó, aunque parece que del todo no pasó), desfiló por segunda vez una bandera diferente: la de atletas refugiadas y refugiados. Puedo imaginar seres que se vean forzades a dejar sus países, pero, ¿que además sean deportistas de altísimo rendimiento?
Son 29 atletas, que compiten en 12 deportes. Federico Lamas cuenta en Twitter la historia de quienes llevaron la bandera. Yusra Mardini nació en Siria, es nadadora y compite en la categoría 100 metros mariposa. “Huyó de Damasco, a través del Líbano y Turquía para llegar a Grecia en bote. Ella, junto a su hermana, empujaron el barco por tres horas en el mar. Salvó a veinte personas de morir”, dice Lamas. “El otro abanderado es Tachlowini Gabriyesos. La historia es distinta. Huyó de Eritrea a los 12 años. Él no huyó a través de un bote. Lo hizo corriendo, caminando. Fue hacia Sudán y Egipto. Cruzó el desierto a pie para llegar a Israel. Su familia le tuvo que pagar a un hombre que transportaba refugiados de forma ilegal. Al principio eran 63, quedaron 30. En una de esas noches durmió junto a un cadáver sin darse cuenta. Pero aun así llegó, con 12 años, a Israel. Gabriyesos, que reside en Israel, tuvo la chance de representar a ese país, pero prefirió no hacerlo. ‘Soy un refugiado’, dice. Por esto se mantuvo bajo esta bandera y va a correr en el maratón, la última competencia.” Lamas recuerda que hay 82 millones de refugiades en el mundo: una Alemania entera de gente buscando hogar. 
 

7. Pegasus

Cada vez que salta un escándalo de cibervigilancia siento un déjà vu, como si la privacidad se estuviera derritiendo non stop en cámara lenta desde hace décadas, como los glaciares. 
Esta vez Forbidden Stories y Amnistía Internacional patean el tablero de decenas de gobiernos que dicen “¿Yo señor? No, señor”, ante la acusación de espiar ilegalmente a propios y ajenos. Recibieron una filtración descomunal: una lista con 50 mil teléfonos que figuran desde 2016 como “de interés” del software Pegasus de espionaje digital, que en teoría se diseñó para vigilar solo a presuntos terroristas (cuántos mitigadores en una frase, ¿cómo implicar formas correctas de vigilancia?). La empresa israelí NSO Group, que lo fabrica, aseguró que investiga “todos los reclamos creíbles de uso indebido”, y se despegó de la lista, donde hay cientos de periodistas, activistas de derechos humanos, altos cargos de empresas y figuras políticas. El software accede a archivos del teléfono, mensajes, contactos, micrófono, cámara y ubicación en tiempo real.
Forbidden Stories y Amnesty conformaron un consorcio de investigación con 80 periodistas de 17 medios de diversos países. Son muchas las historias que salen de una lista tan larga; se leen en The Washington Post y The Guardian,  entre otros medios.
Pegasus infectó los teléfonos celulares de al menos 14 altos mandatarios, empezando por el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el de Irak, Barham Salih; el de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; los primeros ministros de Pakistán, Egipto y Marruecos, y el rey de Marruecos, Mohammed VI. Además se identificó hackeo de celulares en Arabia Saudita, Emiratos Árabes e India, entre otros países. En América latina el más afectado fue México, con más de 15 mil teléfonos intervenidos y 25 periodistas espiades durante el gobierno de Enrique Peña Nieto; entre ellos, Cecilio Pineda, asesinado en 2017. 
En el sitio Digital Violence pueden verse visualizaciones de los datos sobre el hackeo masivo de Pegasus: Todos espían.
 

8. Narcodrón

“Incautaron un narcodrone jamás visto hasta ahora que atravesaba el Mediterráneo llevando hasta 150 kilos de droga de África a Europa”, tituló Infobae el lunes. “La policía ha incautado lo que se cree que es el avión no tripulado de drogas más grande de Europa, utilizado por una banda francesa de contrabando para traficar drogas desde Marruecos hasta el sur de España. El drone, un Mugin 4450, tiene un rango de vuelo de siete horas y una velocidad máxima de más de 100 mph, y cuenta con una envergadura de casi cinco metros. Con un valor de hasta USD 151.000 es capaz de transportar hasta 150 kg de carga en un compartimiento especial en su nariz” (interesante selección léxica). “Fabricado en China, el dron de cinco motores fue descubierto en un almacén en el interior de la ciudad de Málaga, en el sur de España, durante una investigación conjunta de la policía española y francesa. La policía también encontró 85 kilos de marihuana y hachís, mientras que cuatro personas, tres en Francia y una en España, fueron arrestadas. El tramo de mar entre Marruecos y el sur de España es una de las zonas de tráfico de drogas más concurridas de Europa, con grandes cantidades de marihuana marroquí y cocaína sudamericana contrabandeada desde África a Europa. Una ruta que el drone es capaz de recorrer sin problemas gracias a sus 7 horas de autonomía.” La foto es muy impresionante: se ve como un avión a escala, a control remoto. Un juguete para grandes.
Los medios españoles lo llaman “narcodron”. La Fundación de Español Urgente de la RAE recomienda  ”’narcodrón’, con tilde”, ya desde 2015.
En la Wiki “dron” redirige a “Vehículo aéreo no tripulado” (VANT), del inglés UAV (del inglés unmanned aerial vehicle); se menciona también RPAS (del inglés Remotely Piloted Aircraft System). Como era de esperar, son otra creación de la industria bélica. Sobre el nombre dron, dice: “del inglés drone, que literalmente significa zángano”. ¿Será por la forma? 
Un narcodrón cargado con macetas.
 

9. Visitante

“Sé que me interesa la letra A porque es una flecha que apunta al cielo.
Sé que un visitante es un espíritu encarnado que visita la tierra.
Sé que hay felicidad, pero que también hay dolor y que el dolor limpia el espíritu del visitante.
Sé que la canción es un arma para luchar para que el pasaje por la tierra no sea tan doloroso.
Sé que vivo en Paso del Rey por los colores de los amaneceres y atardeceres, y por el aire, que es aromático y puro. Que hay árboles frutales, calles de tierra y muchas aves.
Sé que ser padre es una entrega corporal completa, un ida y vuelta terrible, celestial, una relación no perecedera. Y que elaboro plegarias por el equilibrio entre los deseos y potencias de mi hija.
Sé que Don Juan dice que en el camino del guerrero los hijos son un agujero en la energía y que, por eso, los brujos no tienen hijos. Pero también sé que hay que ser brujos y padres al mismo tiempo.
Sé que todos somos el enviado.
Sé que el hoy tiene que ver con el ayer.
Sé que estoy contento de no haber sido terriblemente masivo durante el menemismo porque lo masivo era cómplice de la entrega.
Sé que no estoy acá para salvarme, que no puedo estar bien cuando la mitad de la gente está mal, que no puedo tener un Honda Civic si cuando salgo a la calle no sé de dónde va a venir el piedrazo.
Sé que no me gustan las elites ni ser un artista de culto.
Sé que soy contradictorio.
Sé que lo popular es un equilibrio.
Sé que las bandas de culto son las bandas que se drogan mucho y su público también.
Sé que el artista de culto por excelencia es Nick Cave.
Sé que el objetivo de Don Cornelio era morirse.
Sé que Los Visitantes fue una banda de culto hasta el ‘94 y que si hubiéramos seguido drogándonos hubiéramos sido masivos.
Sé que el rock es muerte joven: Morrison, Hendrix, Janis Joplin, Keith Moon, Tanguito, Miguel Abuelo, Luca.
Sé que los que se matan están buscando algo.
Sé que la vida también tiene otras cosas.” 
Palo Pandolfo en Radar, 2003.
 

10. Ikigai

“Hay un significante que suena hermoso, en Japón: ‘Ikigai’. Okinawa: mucha gente vive ahí más de 100 años -y bastante bien-. Ikigai es un concepto de circulación absolutamente natural. Ikigai significa algo así como ‘el motivo que te hace levantar cada mañana’”, tuiteó Julia Narcy.
De la Wiki: “Ikigai (生き甲斐 ikiɡai?) es un concepto japonés que significa ‘la razón de vivir’ o ‘la razón de ser’. Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa, tiene un ikigai. Encontrarlo requiere de una búsqueda en uno mismo, profunda y a menudo prolongada. Esta búsqueda es considerada de mucha importancia, ya que se cree que el descubrimiento del propio ikigai trae satisfacción y sentido de la vida. (…) Se compone de dos palabras japonesas: iki (生き?), que se refiere a la vida; y kai (甲斐?), que por rendaku da lugar a gai y aproximadamente significa ‘la realización de lo que uno espera y desea’”. Remite a un artículo de Kobayashi Tsukasa: ‘Ikigai: el proceso de permitir que las posibilidades de uno mismo florezcan’”.
Al parecer, el concepto llegó para este lado del mundo hace unos años, impulsado por el libro Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz, publicado por Francesc Miralles y Héctor García en 2016. García es un español residente en Japón hace doce años; Miralles es su amigo y lo visita seguido. En 2017 sacaron El método Ikigai, algo así como un manual práctico derivado del primero.
“El objetivo es identificar aquello en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que, además, sabes que aporta algo al mundo. La felicidad sería la consecuencia”, dice Miralles en una nota en El País.
Quizás sea un poco mucho pedir. Lo del motivo para levantarse me parece más a mano.
Yo no creo mucho en nada, pero estas palabritas me sacan de la cama a las 6 cada sábado, desde hace casi un año. Muchas gracias por estar del otro lado.