1. Inapropiable

La Convención Constituyente de Chile está trabajando en un borrador para la nueva constitución. El lunes, el Pleno aprobó cinco artículos propuestos por la Comisión de Medio Ambiente. Entre ellos, estos
“Artículo 12 A.- Son bienes comunes naturales el mar territorial y su fondo marino; las playas; las aguas, glaciares y humedales; los campos geotérmicos; el aire y la atmósfera; la alta montaña, las áreas protegidas y los bosques nativos; el subsuelo, y los demás que declaren la Constitución y la ley.
Entre estos bienes son inapropiables el agua en todos sus estados y el aire, los reconocidos por el derecho internacional y los que la Constitución o las leyes declaren como tales.
Artículo 12 B.- Tratándose de los bienes comunes naturales que sean inapropiables, el Estado deberá preservarlos, conservarlos y, en su caso, restaurarlos.
Deberá, asimismo, administrarlos de forma democrática, solidaria, participativa y equitativa.
Respecto de aquellos bienes comunes naturales que se encuentren en el dominio privado, el deber de custodia del Estado implica la facultad de regular su uso y goce, con las finalidades establecidas en el artículo primero”.
Una constitución que protege los bienes comunes. Que alguien me pellizque.
 

2. Palto

Chile es el único país en el mundo donde la constitución vigente -aprobada en 1980 durante la dictadura de Pinochet- permite privatizar el derecho de uso del agua, según el Código de Aguas. Los “derechos de uso” hasta son heredables, y fueron un tema central en la campaña.
“El racionamiento de agua podría ser una suerte de nueva normalidad para los chilenos. Aunque hay miles de ellos que viven prácticamente sin agua”, se dice en el episodio “Chile se está quedando sin agua” del podcast El Hilo, estrenado el viernes. El comienzo del episodio es fuerte: “En tres años, la mitad de la población mundial vivirá en lugares con escasez de agua, según las Naciones Unidas. En Latinoamérica, la crisis ya es evidente”. 
Según se cuenta en el podcast, el gobernador de la región metropolitana de Chile, Claudio Orrego, dijo que no hay que descartar que haya que empezar a racionar agua en Santiago en los próximos meses: “Es importante que la ciudadanía sepa que el cambio climático llegó para quedarse. Que no es solamente un tema global, es también un tema local”.
“Lo que cambió todo fue la llegada de la agroindustria en los noventa”,  asegura Silvia Viñas, productora ejecutiva y presentadora del podcast. “La fiebre del oro”, dice Verónica Vilches, habitante de Petorca, en la región de Valparaíso. “El oro verde, ¿no? ¡Así lo llamaban! A plantar llegaron: palto palto palto palto palto”. 
Según cuenta Viñas,  para cosechar un kilo de palta se necesitan “muchos litros de agua”: entre 300 y mil. “Más del 70 por ciento de la palta que se produce en Chile se exporta. Europa es su destino principal”, señala.
“Le diría a los extranjeros que toda la fruta que ellos comen… a lo mejor ellos no tienen conciencia”, dice Vilches, “pero la conciencia que no tienen ellos es que aquí, nuestros niños, nuestras familias, nuestros animales, nuestra flora y fauna estamos sin agua por mandarles la mejor fruta a ellos”.
 

3. Comunología

Hablando de bienes comunes: el viernes se presentó un libro llamado Comunología, escrito por Nicolás Vilela. Transcribo la descripción que encuentro online, que me gusta imaginar como una suerte de contratapa digital. “Revisando los archivos del pensamiento nacional, como así también de buena parte del pensamiento filosófico contemporáneo, Nicolás Vilela introduce una perspectiva singular: si la inmunología se detiene en el estudio de los mecanismos de defensa del organismo ante la presencia de agentes invasivos, la comunología adopta el punto de vista del contagio y se propone como disciplina de la organización de lo común. El agente del contagio tiene un nombre: militancia, cuyo objetivo es propagar un clima político no individualista. Una nueva comunidad organizada tiene que despojarse de afectos apropiadores. Análogamente, el método de Comunología es impuro y tendiente a la contaminación: de Perón a Rancière, de Simondon a Cooke, todas las tradiciones intelectuales y doctrinarias son capaces de sintetizarse y vincularse con la praxis militante.”
 

4. Windfall

Trato de elegir términos en español, pero en este caso la palabra tiene sentido así. 
La traducción es “ganancias inesperadas”, o “renta inesperada”, en palabras del ministro de Economía Martín Guzmán. Fue su hit del lunes, en un acto en Casa Rosada, junto al presidente: “Vamos a estar trabajando convocando a las fuerzas productivas, laborales y políticas de nuestra sociedad, en la construcción justamente de un mecanismo, que nos permita poder capturar parte de la renta inesperada, que no es producto de inversiones adicionales, sino que es producto del shock que implica la guerra, que hace que ciertos sectores de nuestra economía, hoy, tenga la posibilidad de tener una renta, que es extraordinaria y que se busca lograr capturar parte de esa renta para que el Estado pueda llevar adelante el rol que debe jugar para un desarrollo equitativo, para atacar los problemas de la pobreza infantil, para atacar los problemas y la necesidad de una mayor inclusión social”.
Tuiteaba María Esperanza Casullo el martes: “‘Ganancias inesperadas’ es una frase inferior a su equivalente inglés: ‘windfall’. Lo que trajo el viento.”
 

5. Globalismo

La palabrita en danza en el ballotage francés, la gran batalla cultural de este domingo. “La dinámica política francesa actual ya no es solamente la dimensión izquierda versus derecha a la vieja usanza, sino que se cruza una segunda: nacionalismo vs. globalismo. Si Francia es uno de los epicentros y motores de funcionamiento de la Unión Europea, entonces es esperable que sus partidos políticos asuman posiciones políticas en torno a una mayor o menor integración regional. Esto, que al comienzo era marginal en las peleas electorales, hoy es un eje de discusión político-partidario muy relevante. Hay partidos que han levantado el nacionalismo cerrado como bandera y han crecido bajo su defensa a ultranza. Uno de ellos es, precisamente, Rassemblement National y su referente, Le Pen”, destaca Facundo Cruz en la edición del jueves del newsletter La gente vota, de Cenital. Y muestra este gráfico con cuatro cuadrantes, dividido por dos ejes: izquierda / derecha y globalismo / nacionalismo.
 

6. Dakou

“Hacia principios de los noventa, China comenzó a importar toneladas de casetes y CD provenientes de las industrias discográficas de Estados Unidos y Canadá. Se trataba de excedentes, o sobreproducción, que terminarían en plantas de reciclaje. Para evitar que fueran consumidos como lo que eran -música-, pasaban previamente por una sierra eléctrica, como un paso obligado en el proceso de convertirse en basura. El nombre que se le daba a esos casetes y CD una vez salidos de la sierra era DAKOU.
Dakou (大口) en chino tiene varias acepciones. Significa ‘hacer roturas o aperturas’, o ‘dañar’ un objeto. El mismo término puede aplicarse a las personas. Dakou es dañar a una persona. Un daño leve, como por ejemplo un cachetazo, pero con la condición de que deje una marca. Dakou en ambos casos (objetos y personas), entonces, implica una marca.
Casetes cortados o levemente cortados: casetes dakou. CD cortados o aplastados: CD dakou. Jóvenes que reciclaban comprando, revendiendo, reparando y escuchando esas cintas: jóvenes dakou. Toda una generación de personas cuyas vidas e identidades quedaron ‘marcadas’ por esa experiencia: generación dakou. 
Contrariamente a lo que podría pensarse, no había resentimiento en la práctica del dakou, sino provecho y funcionalidad. Así como tampoco hay nostalgia en el texto de Yan Jun -uno de aquellxs jóvenes dakou-, ni mitificación de una época dorada. El dakou funcionó y fue vivido por fuera del árido debate de la ilegalidad. De hecho, pensarlo como subversión a un orden establecido sería encajarlo a presión y sin éxito en una categoría occidental. 
Reparar y escuchar esos casetes fue clave para la generación dakou, un aprendizaje que no tenía maestros. Se escuchaba sin recomendación, sin criterio, sin circuito oficial, sin medios ni publicaciones legitimadoras, sin bagaje (…). Y fue, ante todo y justamente, una posibilidad, una mutación, una continuación, un pasaje, el camino hacia otra cosa. “
Gabriela de Mola, introducción a Generación Dakou, de Yan Jun (Dobra Robota, 2020)
 

7. Pluriparentalidad

“Triple filiación: una jueza ordenó la inscripción de un niño como hijo de su madre y de 2 padres: el biológico y el hombre que convivía con la madre cuando nació. El conviviente lo anotó como hijo de él. Al año la mamá del niño murió y el hombre se enteró que el padre era otro”, tuiteó el fiscal Maximiliano Hairabedian el miércoles. “El padre biológico demandó el reconocimiento filiatorio. (…) El padre de crianza pidió compartir la paternidad (…). Cuando el padre de sangre escuchó esto en la audiencia, dijo que quería lo mejor para el niño y reconoció que al único que conocía como papá, es al que lo venía criando. Agregó (…)’está bien, si es lo mejor para él; demasiada tristeza se produjo con la muerte de la mamá y por eso quiero el bien de mi hijo y no quiero que se vuelva un trofeo, porque no lo es’. Los 2 hombres acordaron: cuidado compartido, alimentos; residencia principal en el domicilio del ‘progenitor socioafectivo’; régimen de visita amplio; Que el niño mantenga el nombre y apellido de nacimiento y se le adicione el apellido del progenitor biológico.”
En la sentencia se lee: “El señor S. D. reconviene por reconocimiento de la pluriparentalidad. (…) Afirma que, de producirse el desplazamiento en su rol como progenitor, impactaría de forma perjudicial en la personalidad del niño, por las secuelas de perder, primero a su madre y luego a su padre. (…) solicita se le otorgue el reconocimiento de la pluriparentalidad, protegiendo el vínculo afectivo que tiene con P. y el resto del grupo familiar. Plantea la inconstitucionalidad del artículo 558 del Código Civil y Comercial.  Pide se le reconozca su derecho a la realidad familiar pluriparental, en la preeminencia del lazo socioafectivo.”
(El artículo 558 dice: “Ninguna persona puede tener más de dos vínculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de la filiación”.)
La jueza Ana María Carriquiry, del Juzgado de Familia de Orán, Salta, hizo lugar al pedido. Dijo en los fundamentos: “El quiebre del binarismo filial obliga a repensar los vínculos filiales desde la autonomía de la voluntad y la socioafectividad, más que en el orden público”. También le escribió una carta al niño: “En definitiva, lo único que interesa es multiplicar amor.”
 

8. Familiastra

La historia de la familia pluriparental de Orán me lleva a Poeta chileno, la novela de Alejandro Zambra publicada y tan leída en 2020. 
“Familiastra” es el nombre del tramo central, donde el protagonista convive con su novia y el hijo de ella. Él cría al chico a la par de su madre, mucho más que su padre biológico, y se preocupa por la naturaleza y el nombre de esa relación. 
“Tomó el diccionario y buscó la palabra padrastro. Leyó la primera acepción: ‘Marido de la madre, respecto de los hijos habidos por ella’. La segunda decía directamente ‘Mal padre’. La tercera le era desconocida: ‘Obstáculo, impedimento o inconveniente que estorba o hace daño en una materia’. Hasta la cuarta acepción, más bien técnica, le pareció humillante: ‘Pedazo pequeño de pellejo que se levanta de la carne inmediata a las uñas de las manos y causa dolor y estorbo’  (…) 
Lengua española de mierda, pensó de nuevo (…). Ninguna palabra española terminada en el sufijo astro significaba o podía significar más que desprecio e ilegitimidad. El calamitoso sufijo astro ‘forma sustantivos con significado despectivo’, decía la RAE: musicastro, politicastro.
La misma fuente definía la palabra poetastro simplemente
como ‘mal poeta’.
-¿A qué se dedica tu padrastro?
-Mi padrastro es un poetastro -imaginó a Vicente respondiendo a eso.”
Después de seis años, la pareja se separa y él pierde esa familia en un segundo. Lo único que no se pierde, se verá al final, es lo que se dio.
Otro tramo:
“—Chao, abuelastra —interrumpió oportunamente Vicente.
—¿Por qué me dices así? —preguntó Mirta, contrariada.
—Porque eres la mamá de mi padrastro, o sea que eres mi
abuelastra, respondió el niño.
El padre de Gonzalo también salió a despedirlos.
—Chao, abuelastro —dijo Vicente.
—Chao, nietastro —respondió jovialmente el aludido.
—¡Chao, familiastra! —gritó Vicente desde la ventana del
auto, a manera de despedida.”
Pensé que “familiastra” era un invento Zambra, pero de verdad existe: es un sinónimo de “familia ensamblada” o “familia reconstituida”, como traducción de stepfamily. Según la Wiki, se evita por “la connotación negativa de las palabras con el sufijo –astro”. 
O sea que yo también crecí en una familiastra, o en varias. Tiene sus ventajas: mis hijas disfrutan de siete abueles.
 

9. Bioluminiscencia

“En las calurosas noches sin luna de Nueva Zelanda, se despliegan por las playas en busca de una presa escurridiza y brillante. No son cazadores, sino fotógrafos que persiguen la bioluminiscencia, un fenómeno natural en el que las algas brillantes confieren un aura etérea y azul eléctrico a las olas al chocar.” Así comienza el artículo publicado por Mike Ives el martes en el New York Times (versión en español). Según cuenta, “aproximadamente cuatro de cada cinco animales que viven entre los 200 y 1000 metros bajo la superficie son bioluminiscentes”. Esto incluye “bacterias, hongos, protistas unicelulares, celentéreos, gusanos, moluscos, cefalópodos, crustáceos, insectos, equinodermos, peces, medusas”, reporta la Wiki. Allí se define: “La bioluminiscencia es el proceso a través del cual los organismos vivos producen luz, dando como resultado una reacción bioquímica en la que comúnmente interviene una enzima llamada luciferasa. Se produce como resultado de una reacción bioquímica en que interviene el oxígeno, el ATP (proteína llamada luciferina) y la enzima luciferasa”.
Aquí, fotos de lo que llaman, con bastante poca imaginación, el “oro azul”, o, más lindo, “aurora del mar”.
Según una hipótesis de Kenneth H. Nealson, las algas brillan para ahuyentar a los peces chicos que se las comerían. Otros organismos tendrán otras razones.
Luciferina, luciferasa. El artículo se enfoca en Nueva Zelanda, pero no es un fenómeno determinado por la geografía. Las playas uruguayas inspiraron a Jorge Drexler “Noctiluca”, la canción encandilada que acompañó el embarazo de mi hija Luz: “Y yo desde mis escombros al igual que el mar sentí que fosforecía”.
 

10. Casi

“Debería estar prohibido burlarse de quien se aventura en una lengua extranjera. Cierta mañana, al bajarme del metro por error en una estación azul igual a la de ella, con un nombre semejante al de la estación próxima a su casa, telefoneé desde la calle y dije: estoy llegando casi. Supuse en el mismo instante que había dicho una burrada, porque la profesora me pidió que repitiese la oración. Estoy llegando casi… había probablemente un problema con la palabra casi. Sólo que, en vez de señalar el error, ella me hizo repetirlo, repetirlo, repetirlo, después soltó una carcajada que me llevó a colgar el teléfono. Al verme a la puerta de su casa, tuvo un nuevo acceso, y cuanto más se le encendía la risa en la boca, más se sacudía al reírse con el cuerpo entero. Dijo por fin haber entendido que yo llegaría poco a poco, primero la nariz, después una oreja, después una rodilla, y el chiste no tenía tanta gracia. Tanto es así que Kriska se quedó enseguida un poco triste y, sin saber pedir disculpas, rozó con la yema de los dedos mis labios trémulos. Hoy puedo decir, sin embargo, que hablo húngaro perfectamente, o casi. Cuando comienzo por la noche a murmurar solo, me angustia mucho la sospecha de un ligerísimo acento que asoma alguna que otra vez. En los ambientes que frecuento, donde discurro en voz alta sobre temas nacionales, empleo verbos raros y corrijo a personas cultas, sería desastroso un inesperado acento extraño. Para salir de dudas, sólo puedo recurrir a Kriska, que tampoco es muy fiable; con tal de mantenerme comiendo de su mano, como tal vez desee, siempre me negará la última migaja. Aun así, de vez en cuando le pregunto en secreto: ¿he perdido el acento? Empecinada, ella responde: poco a poco, primero la nariz, después una oreja… Y se muere de risa, luego se arrepiente, acerca las manos a mi cuello y en ésas estamos.”
Chico Buarque, comienzo de Budapest (Salamandra, 2005).