“Centaurus”: cómo es la última variante de coronavirus que preocupa a la OMS”, titulaba el viernes ElDiarioAr. ¿Otra variante del COVID? ¿Después de Delta (N40P03), Epsilon (N43P03), Mu (N52P08) y Ómicron (efímeramente llamada Nu, N63P01)? Tan 2021.
“La variante de coronavirus popularmente conocida como ‘Centaurus’, detectada por primera vez en India, es un sublinaje de la Ómicron”, dice el artículo. “Se trata del sublinaje BA.2.75, y al día de hoy toda afirmación que se haga sobre ella es especulativa y preliminar’, indicó Humberto Debat, integrante del Proyecto Argentino Interinstitucional de genómica de SARS-CoV-2 (Proyecto PAIS). Explicó que tiene ‘una gran cantidad de mutaciones (N19P10) adicionales, algunas de gran importancia por estar asociadas por literatura previa con fuerte evasión y escape a la respuesta inmune generada tanto por vacunas como por infecciones previas; por eso la preocupación a nivel mundial’”. Por ahora se lo detectó en diez países; en Argentina, todavía no.
¿Por qué “Centaurus”, y no otra letra griega? Según cuenta Ellen Francis en el Washington Post, sería culpa de “un random de Twitter”. El 1 de julio, Xavier Ostabe tuiteó (en inglés):
“Acabo de nombrar variante BA.2.75 en honor a una galaxia.
Su nuevo nombre es cepa Centaurus.
Acostúmbrense. Hoy, estoy a cargo de cualquier cuestión pandémica.”
Una teoría recogida por Ana Echavarría en Redacción Médica sostiene que el nombre ganó tracción cinco días después, cuando el australiano Mike Honey tuiteó: “Aquí está la imagen más reciente del nuevo sublinaje BA.2.75 (nickname: ‘Centaurus’) – un salto evolutivo de ‘segunda generación’ desde BA.2. India continúa reportando un crecimiento muy rápido, ahora hasta el 23% de las muestras recientes”. Atenti al gráfico.
O sea que la OMS ya no controla ni los nombres del COVID.
Emma Hodcroft, una investigadora que fue parte del grupo que discutió la nomenclatura oficial de las variantes, dijo que “Centaurus” está bien, en tanto “no es geográfica, no daña, no es confusa. Nadie se va a confundir con una constelación”. De paso pensamos en estrellas. Porque, ¿quién quiere pensar en otra variante del COVID? In this economy?.
Mes: julio 2022
2. Sublinaje
Eso: que la variante “popularmente conocida como ‘Centaurus’” es un sublinaje de la Ómicron.”
“Un linaje es un grupo de virus estrechamente relacionados con un ancestro en común. El SARS-CoV-2 tiene muchos linajes; todos causan el COVID-19”, dice en el sitio en español de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos”. Un sublinaje debe ser entonces un subgrupo.
Suena a sublimar con libertinaje.
3. Opoficialismo
Un hallazgo de Alicia Killner, en un texto de Sebastián Lacunza en torno a la interna política argentina, publicado el domingo pasado en ElDiarioAr.
“El cristinismo halló un cauce narrativo. El motivo del fracaso del Frente de Todos no es el halo de impericia y convicciones líquidas que recorre buena parte de los despachos oficiales, tanto de camporistas como de pejotistas y albertistas. Tampoco el liderazgo vacante de Alberto Fernández, ni su desconcertante mecanismo para no tomar decisiones, ni mucho menos el dogma de los subsidios energéticos, ese agujero negro que lastra la economía argentina y es arbitrado, casualmente, por La Cámpora. El escándalo de la deuda tomada por el macrismo, la pandemia y la guerra de Ucrania son condicionantes atendibles, pero no tanto como las acechanzas que afrontó, con épica del gladiador de Ridley Scott, Néstor Kirchner. La vicepresidenta y el diputado, consagrados por los suyos como los dueños de los votos, salieron por arriba de la encerrona en que se habían metido —su opoficialismo— y se reencontraron con las palabras al identificar a un traidor que entregó al país a los brazos del FMI: Martín Guzmán.”
4. Momificados
“Durante años, y ante la indiferencia más absoluta de todos los que se abrían camino para colarse en la cima del Everest (8.848 metros), los hitos que marcaban la vía a seguir eran cuerpos humanos momificados que los aspirantes a cima observaban deseando no correr la misma suerte, mirando hacia otro lado o recreándose en la estampa, puro morbo”, cuenta Óscar Gogorza en El País. “Los más irrespetuosos se fotografiaban a su lado… Las imágenes se viralizaron tanto como las instantáneas de las cantidades de basura que contenía la cima del planeta. Varios sherpas, después de numerosas protestas, retiraron los restos, un gesto tan cosmético como de dignidad básica. Ahora, la familia del islandés John Snorri, fallecido el 5 de febrero de 2021 en el no menos icónico K2 (8.611 metros), implora respeto para su memoria… y para sus restos, que cuelgan atados en las cuerdas del cuello de botella, a unos 8.300 metros de altitud.”
Alguna vez escalé, un poquito. Alguna vez perdí un amigo en una montaña, y la sensación era que estaba bien que se quedara ahí. Pero no a la vista de cualquiera. “Este verano la masificación amenaza con generar nuevos dramas, atascos y sinsentidos en la montaña ubicada en el Karakoram de Pakistán. Son unos 400 aspirantes los que abarrotan el campo base del gigante pakistaní y la familia de Snorri teme que las fotos de sus restos vuelen en la red”, detalla Gogorza. “Mingma G, uno de los diez nepaleses que ese invierno de 2021 hicieron historia al firmar la primera invernal de la montaña, se ha ofrecido a rescatar los restos de Snorri y darles sepultura o, al menos, a dejarlos fuera de la vista de los alpinistas y de sus cámaras. En una montaña tan piramidal y vertical como el K2, el simple gesto de cortar las cuerdas en las que descansa enredado el cuerpo del islandés bastaría para que estos desapareciesen para siempre”. Montañistas vueltos montaña, John Snorri convertido en Jon Snow.
5. Universo
Tanto machacar con el metaverso (N34P01), esta semana tocó volver al universo. El único, como su nombre indica. El de siempre. El desconocido.
Así lo anunció la NASA: “Está aquí: la vista infrarroja más profunda y nítida del universo hasta la fecha: el primer campo profundo de Webb. Muestra galaxias que alguna vez fueron invisibles para nosotros.”
El COVID, la interna política, la inflación, el frío, el universo. El aumento de las tarifas. Una galaxia que moría hace 4600 años. La ola de calor en Europa. La nueva serie sobre un caso policial irresuelto. Una nebulosa de polvo cósmico. La pelea Rial-Ventura,. Un cúmulo de galaxias ubicadas sobre un mismo campo gravitacional. Llovizna en el arranque de las vacaciones de invierno. Un núcleo galáctico activo.
“El 12 de julio de 2022 quedará en la historia de la astronomía por ser el día en que la NASA difundió una serie de imágenes que muestran al universo como nunca antes se lo había visto. El hito se logró gracias al telescopio espacial James Webb, el más potente de la historia, que desde su ubicación a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, retrató cinco imágenes del cosmos: una porción del cielo que revela miles de galaxias, un exoplaneta gigante, una estrella moribunda, un grupo de galaxias que interactúan entre ellas y la nebulosa más brillante de todas”, explica La Nación en este informe gráfico, el más claro que encontré. Ayuda a interpretar las cuatro imagénes más difundidas: el cúmulo de galaxias SMACS 0723, la nebulosa del Anillo del Sur (¿qué es el sur en el espacio?), el Quinteto de Stephan y la nebulosa de Carina.
¿Cómo será la historia de la idea del universo? Esto de imaginarse en qué estamos metides, hasta dónde llega. La palabra es bastante nueva: 1428, dice Corominas; del latín universum, “conjunto de todas las cosas”. Está en la entrada de derivados de “verter”, del latín vertere, “girar, hacer girar, dar vuelta”, “derribar”, “cambiar, convertir”.
Ver el universo y que sea otro.
En la misma entrada está “verso”, del latín versus (participio de verto,) “surco que da la vuelta”, “hilera”, y también “línea de escritura”. Y tanto más: advertir, convertir, invertir, subvertir. Travesura.
6. Infrarrojo
“Los telescopios pueden ser diseñados para detectar la luz fuera del rango visible y mostrarnos regiones del espacio que de otro modo estarían ocultas. El telescopio espacial James Webb detecta las longitudes de onda del infrarrojo cercano y del infrarrojo medio, la luz que está más allá del extremo rojo del espectro visible”, se explica en la página “Astronomía infrarroja” de la web del Webb.
“La luz infrarroja es importante para la astronomía por tres motivos principales:
En primer lugar, algunos objetos se observan mejor en longitudes de onda infrarrojas. Algunos cuerpos de materia que son fríos y no emiten mucha energía o brillo visible, como las personas o un planeta joven, siguen irradiando en el infrarrojo. Los humanos lo perciben como calor, mientras que otros animales, como las serpientes, son capaces de ‘ver’ la energía infrarroja.
Las longitudes de onda cortas y ajustadas de la luz visible son propensas a rebotar en las partículas de polvo, por lo que es difícil que la luz visible escape de una nebulosa densa o de una nube protoplanetaria de gas y polvo. Las longitudes de onda más largas de la luz infrarroja se deslizan más fácilmente a través del polvo y, por lo tanto, los instrumentos que detectan la luz infrarroja -como los de Webb- son capaces de ver los objetos que emitieron esa luz dentro de una nube polvorienta. Las enanas marrones de baja energía y las protoestrellas jóvenes que se forman en medio de una nebulosa son algunos de los objetos cósmicos difíciles de observar que Webb puede estudiar. De este modo, Webb revelará un universo ‘oculto’ de formación de estrellas y planetas que literalmente no es visible.
Por último, la luz infrarroja guarda pistas sobre muchos misterios del principio de todo, las primeras estrellas y galaxias del universo primitivo, después del big bang. A través de un proceso llamado corrimiento cosmológico al rojo, la luz se estira a medida que el universo se expande, por lo que la luz de las estrellas que se emite en longitudes de onda ultravioleta y visibles más cortas se estira a las longitudes de onda más largas de la luz infrarroja.
La observación de estos primeros días de la historia del universo arrojará luz sobre cuestiones desconcertantes como la materia y la energía oscuras, los agujeros negros, la evolución de las galaxias a lo largo del tiempo, cómo eran las primeras estrellas y cómo hemos llegado al universo actual.” Casi nada.
7. Webb
De paso: el telescopio espacial más potente de la historia, construido durante 25 años por una coalición de la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense con la colaboración de aproximadamente 17 países más, lleva el nombre de un señor. Se llama James Webb “en honor al funcionario del gobierno estadounidense que fue segundo administrador de la NASA entre 1961 y 1968, destacado por desempeñar un papel importante en el programa Apolo y por establecer la investigación científica como actividad central de la NASA”, según se cuenta en la Wikipedia. Aquí hay algo de su biografía. Lo que no se cuenta ahí es que Webb es actualmente cuestionado, y que hay colectivos pidiendo que se le cambie el nombre al instrumento.
“Por sospechas de que James Webb impulsó purgas anti-gay, piden que la NASA renombre a su telescopio estrella”, tituló Infobae el viernes. “El ex director de la agencia especial, cuyo nombre bautiza al telescopio que ha captado las imágenes inéditas del universo que se conocieron esta semana, fue funcionario durante los años que miles de personas LGBT+ fueron removidas de la administración pública”, dice el copete de la nota, escrita por Kirvin Larios. Luego explica: “Webb también sirvió como subsecretario en el Departamento de Estado de EE. UU. en la década del 50, período en que se llevó a cabo la persecución de homosexuales conocida popularmente como el “terror lila” (lavander scare, en inglés). Durante ese tiempo –pero también en las décadas del 40 y el 60– miles de empleados del gobierno federal fueron despedidos o presionados a renunciar a causa de su orientación sexual o identidad de género. “
Ya en marzo de 2021, les investigadores Chanda Prescod-Weinstein, Sarah Tuttle, Lucianne Walkowicz y Brian Nord publicaron en Scientific American el artículo “El telescopio espacial James Webb necesita ser rebautizado”. La NASA dice que está revisando la información. Parece que nadie resiste un archivo.
8. Profundo
Mi estrellóloga de cabecera, la doctora Andrea Buccino, dice que quizás la palabra clave en las imágenes que trae el telescopio James Webb sea “profundo”. Porque “el Webb llega más lejos en todo sentido, ve a través de nubes moleculares, tiene la misión de ir más allá de lo que vio el Hubble gracias a tener un espejo mayor y al observar en el infrarrojo; y también ve profundamente ‘en el tiempo’ pues no permite ver lo más antiguo”. Tituló France 24: “El telescopio James Webb ofrece la imagen más profunda del Universo jamás tomada”. Me quedo regulando. ¿Qué quiere decir una imagen profunda? ¿Qué dimensiones entran en juego?
No ayuda mucho la RAE: demasiadas acepciones, y demasiado vagas. Siento que jamás voy a entender, que mis palabras no sirven para eso, que tanto la palabra como las imágenes que trae el telescopio son representaciones muy difíciles de interpretar. Frases como “precipicios cósmicos”, o “guardería de estrellas”, o “estrellas agonizantes”, muestran que todo es metáfora: tratamos de entender cosas que pasaron a 40 millones de años luz y a 13.000 millones de años comparándolo con lo que conocemos.
Me consuelo pensando que algo lejanamente parecido dijo Bill Nelson, administrador de la NASA. “Estas imágenes, incluyendo la vista infrarroja más profunda de nuestro universo que jamás se haya tomado, nos muestran cómo Webb ayudará a descubrir las respuestas a las preguntas que aún no sabemos hacer.”
“Probablemente lo que vemos aquí es una superposición de tiempos y espacios”, especulaba el lunes Andrés Snitcofsky. ¿Qué dimensiones entran en juego si una imagen permite ver profundamente en el tiempo y el espacio?
“Mirar al espacio es como mirar al pasado”, se explica en la página del telescopio Webb. “Los telescopios pueden ser máquinas del tiempo. Mirar al espacio es como mirar hacia atrás en el tiempo. Parece mágico, pero en realidad es muy sencillo: La luz necesita tiempo para viajar a través de las vastas distancias del espacio para llegar a nosotros”. Según dijo Nora Bär, se cree que lo que registró el James Webb en el cúmulo de galaxias SMACS 0723 es “la luz más antigua captada por un telescopio terrestre”.
Profundo es hondo. El hondo bajofondo donde el barro se subleva.
No sé bien qué se ve en las nuevas fotos; ver no es entender. Ante la duda, memes.
“La quinta dimensión es el asombro”, decía una canción de Elsa Bornemann publicada en El niño envuelto en 1981. “Y en quinta dimensión será la cita”.
9. Asombro
“¿Qué te asombra?”, preguntó Maritza Sánchez Hernández. Levantaba un hilo de Daniel Suárez Montoya:
“El más reciente libro que publicó Tomás González se llama Asombro (…) Siento que como sociedad hemos perdido con los años la capacidad de asombrarnos (…)
La transición de lo análogo a lo digital, la posibilidad de que toda persona con un dispositivo pudiera informar, incluso generara credibilidad, pero al final, también esa delgada línea con la falsedad… (…) la manera en que el mundo casi que se paralizó con el ataque a las torres gemelas (por ejemplo) y que hoy la muerte de un exprimer ministro en Japón, un tiroteo en Texas o deslizamientos, sean noticia de un día… Es decir, la saturación, el exceso de información (…). Casi que recibimos noticias impresionantes en cada actualización en las redes sociales (…) Solo hasta la pandemia (siento), la sociedad pudo asombrarse de nuevo, detenerse, dimensionar a lo que nos enfrentábamos (…).
Y así, una guerra en Ucrania, un tiroteo en Texas, un video porno en una universidad, un deslizamiento, otro deslizamiento, el asesinato de un exprimer ministro, nuevos bombardeos, una mujer que gana un premio literario… El asombro que dura lo que dura un tuit. ¿Aún se asombran? ¿Cuánto les dura el asombro? ¿Escriben sobre él? ¿Lo comparten con los demás? Se me pasaba otro momento asombroso, las imágenes a color de miles de galaxias…”
Agregó Mari:
“Por cierto: ¿No es muy bello el verbo ‘asombrar’? Mi Mamá lo usaba con relación a presuntas visitas de familiares que a los días morían: «¡Sí ve! Ella fue la que me asombró ayer». Asombro como despedida en el último aliento.”
Algo del asombro con la sombra.
10. Columbrón
Tuiteaba Mónica Aceytuno el 2 de julio: “Palabra de hoy: columbrón m. Lo que alcanza la mirada de un vistazo. También como adjetivo para quien sabe mirar o intuye bien. Las volteretas que dan los niños poniendo la cabeza en el suelo y los pies arriba se llaman columbrones.”
La RAE confirma con un verso más limpio:
“columbrón
De columbrar.
1. m. germ. Aquello que alcanza una mirada.”
Me quedo mirando el verbo. Voy a buscarlo.
“columbrar
Del lat. collumināre.
1. tr. Divisar o ver desde lejos algo, sin distinguirlo bien.
2. tr. Rastrear o conjeturar por indicios algo.”
Caramba. ¿Será un autoantónimo (N93P02) columbrar? Ver y conjeturar, ¿son lo mismo o lo opuesto?
Pero además titila desde lejos –tremeluce (N90P10) quizás- ese “co”. ¿Por qué ese co-, dónde, cómo hay dos personas o más iluminando juntas?
Pienso en el telescopio James Webb: ahí sí hay una buena cantidad de personas iluminando juntas, divisando desde lejos y conjeturando también, columbrando. ¿Y cómo se puede ver, realmente ver (no ‘ver’), el pasado? Decir que estamos viendo 14 mil millones de años atrás, ¿es ver o conjeturar?
Dice Joan Corominas que otra vez agarré para el lado de los tomates y estoy conjeturando sola: no hay prefijo co- sino, probablemente, un origen en “*culmbrar resultante de un culminare derivado del latín culmen, -inis, ‘cumbre, altura’, en el sentido primitivo de ‘divisar desde un lugar alto’”. Lo que decía Aceytuno.
Igual de puro terca quedo enganchada con ese falso co-, pensando en lo estratégico y necesario de poder mirar en conjunto y -con suerte- vislumbrar lo mismo, o algo parecido. Un sentido común. Aunque haga falta a veces poner la cabeza en el suelo y los pies arriba, renunciar a establecer quién está al derecho y dado vuelta quién para poder mirar más lejos, mejor, otra vuelta.