Y hablando de flota: Twitter nos proveyó un gran motivo global de queja esta semana con la introducción de sus fleets. Fleet literalmente significa “flota”, como la de la armada imperial o la de DiDi; pero en Mundo Twitter se redefinen como tuits con duración limitada a 24 horas: el equivalente a las stories que inventó Instagram y luego copió Facebook. “Compartí pensamientos personales en el momento con tus seguidores, libre de reacciones públicas”, dice Twitter. Esto es porque los fleets no pueden retuitearse, recibir respuestas ni likes. Es gracioso que se venda la imposibilidad de interacción como un diferencial deseable en una red social basada en la conversación. O quizás sea un signo de lo difícil que se ha puesto conversar.
A la tropa -la flota- de Twitter Argentina no le gustó mucho el coso nuevo. Pero tampoco se resistió a usarlo; en un gesto clásico, muches lo estrenaron diciendo que lo odiaban o burlándose de él. Twitter siendo Twitter. Algunes ironizaron que en breve se vendrían stories en el SIGEVA y en el SIU Guaraní, sistemas de CONICET y de la UBA.
¿Y por qué fleet, si no es una flota? Bueno, como adjetivo significa “veloz”; en mi cabeza arma algo así como “flying tweet” (un “pío pío volador”, una redundancia con alas). Tuvo tan mala recepción que lo compararon con el flit que se echa para espantar bichos. Bueno, pensándolo bien, quizás por ahí vaya la funcionalidad “libre de reacciones”.