La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC), 46 de los 50 estados, Washington DC y Guam presentaron el miércoles demandas gemelas ante la justicia acusando a Facebook Inc. de violar las leyes antimonopolio y por lo tanto atentar contra la competencia. De prosperar las demandas, Facebook debería desprenderse de algunas de sus empresas, como Instagram (comprada en 2012) o Whatsapp (adquirida en 2014).
“Las acciones de Facebook para afianzar y mantener su monopolio niegan a los consumidores los beneficios de la competencia”, dijo en un comunicado Ian Conner, director de la Oficina de Competencia de la FTC. La procuradora general de Nueva York, Letitia James, había dicho en septiembre que le preocupaba “que Facebook pudiera haber puesto en riesgo los datos de los consumidores, haber reducido la calidad de las opciones de los consumidores y haber aumentado el precio de la publicidad”. Es una de las demandas antimonopolio más importantes de la historia; la prensa especializada la compara con la demanda contra Microsoft de 1998. También Google está enfrentando una demanda antimonopolio presentada en octubre.
La respuesta de Facebook fue poner en evidencia que la misma Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos había autorizado las compras de Instagram y Whatsapp. Y, la verdad, ¿no lo pensaron antes? Pero bueno, ok, todo el mundo tiene derecho a cambiar de opinión. Por lo menos lo piensan ahora. No es poco lo que está en juego: pensá por un momento en todos los datos de las 2700 millones de personas que usan Facebook, las mil millones que usan Instagram y las dos mil millones que usan Whatsapp en el mundo. Más de media humanidad.
El otro argumento de Mark Zuckerberg para resisitir estas medidas de “desinversión” (me encanta la palabrita) es que podrían dar una “ventaja competitiva” a China. Cuidado que viene el lobo.