Probablemente ya la hayas escuchado a Angela Merkel hablando de las fiestas en el Bundestag. “Sé que se trata de un pedido muy duro porque sé cuánto amor hemos puesto en la preparación de los puestos de waffles y de vino caliente, pero no son compatibles con el acuerdo al que llegamos de comprar comida para llevar y comerla en casa. Lo siento, lo siento mucho, desde lo más hondo de mi corazón, pero el precio que pagamos son 590 muertes al día y eso es inaceptable, desde mi punto de vista. Y los científicos están prácticamente rogándonos que reduzcamos los contactos por una semana antes de ver al abuelo y a la abuela en Navidad. Quizás realmente tengamos que pensar en encontrar un modo de empezar las vacaciones de la escuela el 16 y no el 19. ¿Qué vamos a decir cuando miremos atrás en este evento único en el siglo si no fuimos capaces de encontrar una solución para estos tres días? Puede ser que mandar a los niños a casa no sea lo correcto, habrá que dar clases on line, u otra cosa, no sé. No es mi especialidad y no quiero interferir. Solo quiero decir: si tenemos demasiados contactos antes de Navidad y termina siendo la última Navidad que pasamos con nuestros abuelos, algo habremos hecho mal. No deberíamos permitir que eso pase”.