Hay palabras que insisten en repetirse. Esta la detecté en relación al conflicto por la minería en Chubut, pero después la reencontré en el debate por el uso de la Costanera Norte de la ciudad de Buenos Aires. Para Google significa San Lorenzo: los cambios legales para la construcción de un estadio en Boedo.
Es una de esas palabras caja negra que hay que cortar en pedazos. El acto (-ción) de volver a (re) hacer (ifica) zonas. ¿Y qué quiere decir hacer zonas? Acordar los usos que se autorizan para el territorio público, o por lo menos, compartido.
Es complejo, porque justamente la idea de zonificación indica que no porque un lugar sea privado se puede hacer cualquier cosa con él. Implica pensar en las externalidades y consecuencias de los usos de la tierra, partiendo de la base de que nadie vive a solas: hay que convivir.
“Zonificación, en sentido amplio, indica la división de un área geográfica en sectores heterogéneos conforme a ciertos criterios. Por ejemplo: capacidad productiva, tipo de construcciones permitidas, intensidad de una amenaza, grado de riesgo, etc”, dice la Wiki. Y rezonificar es entonces cambiar los criterios acordados, volver a abrir el tema a discusión. En la ciudad se busca habilitar la construcción de torres 29 metros en 32 hectáreas sobre el río, donde esto no estaba permitido; las audiencias públicas tienen 7044 inscriptes que escuchan a 250 oradores (historia oral aquí, por Federico Poore). En Chubut en 2003 se prohibió la megaminería por ley, pero el gobernador Mariano Arcioni, que en campaña se había manifestado en contra de la minería, presentó un proyecto para habilitarla para el 70% del territorio, lo que tiene a la provincia literalmente en llamas. De todos estos cambios, el único que tuvo apoyo de comunidades -lo que las empresas llaman “licencia social” (ver N13P02)- fue el de San Lorenzo.