Hace 45.500 años, es decir unos 43.500 años antes del nacimiento de Cristo, alguien dibujó un cerdo verrugoso con pigmentos color ocre. Fue en la cueva de Leang Tedongnge, en la isla de Célebes o Sulawesi, en el sur de Indonesia. Según el equipo que acaba de publicar su descubrimiento en la revista Science Advances, se trata de la imagen figurativa más antigua que se conserva. Como referencia, las pinturas de las Cuevas de Altamira, en España, tienen hasta 35.000 años; las de la Cueva de las Manos, en Argentina, corresponden apenas al año 7350 antes de Cristo. Anteayer.
Parece que los cerdos verrugosos son endémicos de esa isla -incluso se llaman “cerdos de Sulawesi”-, y que se representaron por miles de años, especialmente durante la Era de hielo. Adam Brumm, el arqueólogo que dirigió la expedición que encontró las pinturas -de la universidad australiana de Griffith y el centro de investigación indonesio de ARKENAS- dijo que “eso sugiere que no solo fueron fuente de comida sino también de expresión artística”. O quizás solo fuera la lista de lo que hacía falta conseguir para la cena.
Lo que es seguro es que para cazar un cerdo de esos no alcanzaba una sola persona: hacía falta coordinarse en grupo. Como para casi todo, casi siempre.