¿Qué dirán los libros de historia sobre Putin? Unas dos mil personas fueron detenidas ayer en manifestaciones en 95 ciudades de Rusia, de San Petersburgo a Vladivostok (o de Vladivostok a San Petersburgo, ya que las protestas empezaron primero en las regiones del este y avanzaron por los once husos horarios del país). Piden por la liberación del activista anticorrupción y líder de la oposición Aleksei Navalny, que fue encarcelado en su regreso a Rusia el domingo. Navalny volvía después de meses hospitalizado en Alemania tras un misterioso envenenamiento (con Novichok, N02P05, ¿te acordás?) que él y sus seguidores atribuyen a Putin. Las manifestaciones a favor de Navalny son entonces, a la vez, mitines anti Putin, quien gobierna Rusia desde 1999. Como decía Lula, encarcelar a opositores es convertirlos en héroes.
Yulia Navalnaya, la esposa del activista, también fue detenida. Publicó en Instagram una selfie desde el camión celular: “Disculpen por la mala calidad de la foto, la luz es mala”.
Es la protesta más importante en Rusia desde 2017. Aquí manifestantes tirando nieve a la policía. En Yakutsk, la ciudad más fría del mundo, la manifestación se hizo con 52 grados bajo cero. En la embajada rusa en Kiev, Ucrania, proyectaron la imagen de Navalny. El equipo de Navalny había publicado el martes un documental sobre un lujoso resort que atribuyen a Putin, que ya fue visto por 70 millones de personas. Convocaron a más acciones para el fin de semana próximo, siguiendo la tradición de las protestas bielorrusas, que ya llevan cinco meses. También allí se encarceló a un opositor, Serguéi Tijanovski, y se lanzó al exilio a su esposa, Svetlana Tijanóvskaya (N12P05, ¿te acordás?). Según la periodista Hanna Liubakova, “la revolución bielorrusa fue un ejemplo para Rusia”.
Desde hace días, adolescentes ruses comparten en TikTok videos enseñando a decir en inglés “¡Estás violando mis derechos humanos!”, “Voy a llamar a mi abogado” y “Soy un ciudadano americano” para evitar arrestos.