Hablando de block. Se dijo toda la semana: si alguna vez sufriste un bloqueo, pensá en el Ever Given, encallado en el canal de Suez desde el martes. Si alguna vez te mandaste una cagada, imaginate cómo se debe sentir el capitán. Si alguna vez te enfrentaste con una tarea que demasiado grande para tus fuerzas, pensá en quien maneja la excavadora que está tratando de desencallar el barco. Y así hasta el infinito. Y ni hablar si hacemos los chistes en inglés, con el nombre.
Qué cosa espectacular, qué cosa útil para ayudarnos a perder el tiempo, a pensar un poco menos en la pandemia y en el trabajo de todos días. Todo es colosal: los 400 metros del barco, los x de mercancías que transporta, los 300 barcos haciendo cola, el 12 por ciento del comercio global frenado, los 400 millones de dólares por hora en pérdidas (¿cómo hacen esas cuentas?). Las fotos satelitales. Los mapas satelitales que muestran la posición de cada barco. El dibujo del recorrido. Los videos (mirá este con los barcos metiendo bochinche para festejar que el Ever Given se movió 17 metros). La cuenta de @SuezDiggerGuy en Twitter, que tomó la tarea enorme de centralizar a la vez la información y los memes.
Pero a la vez es espectacular porque recuerda que, contra el sentido común de la época, no todo lo sólido se desvanece en el aire, no del todo, no todavía. Somos personas y necesitamos comida y fármacos y combustibles y todo eso viaja de aquí para allá y de allá para aquí. Me gusta porque me hace pensar en Marco Polo y en Colón, en la búsqueda de la famosa vía a Oriente, en vueltas al mundo y otros caminos.
Imaginate lo que habrá sido construir el canal de Suez en el siglo XIX: convirtieron 163 kilómetros de tierra en agua en diez años, de 1859 a 1869. Y nada menos que en el Mar Rojo: un movimiento inverso a la apertura de las aguas del Éxodo judío. Importante timing el del Ever Given, hay que decir. Quizás solo estaba tendiéndose de costa a costa, como puente a la libertad de alguien.