¿Te acordás del Ever Given (N30P09), que bloqueó el canal de Suez en el aniversario de la apertura de las aguas ante Moisés? Qué tiempos. Ahora dice Diego Mintz que ese timing no fue milagro ni casualidad. “Mucha sorpresa porque el barco que encalló en Suez fue justo en Pesaj, pero hay una explicación lógica. El mismo viento estacional que lo desvío de su curso, el jamsín, es el que abrió las aguas del Mar Rojo. Más mañana, en el próximo #YallaBalagan”, tuiteó el lunes.
#YallaBalagan es su newsletter, donde amplía:
“Durante siglos el sentido común dictaba que Moisés conocía las mareas de cual sea el cuerpo de agua que cruzó en camino a la Tierra Prometida. Teorías más modernas buscan afianzar la relación con los vientos típicos del Norte de África. El Jamsín (cincuenta en árabe, los días que dura el fenómeno en Egipto) o Sharav (en hebreo) casi no llega con vientos a Israel, pero el clima se pone pesado, húmedo, pegajoso, y sobre todo, polvoriento. La arena se impregna en todos lados, el cielo se tiñe de amarillo y las personas con problemas respiratorios sufren más de la cuenta. Así fueron el día de las elecciones [en Israel] y el siguiente. Razón por la cual el ministerio de Impacto Ambiental circuló una alerta de evitar la actividad física la misma mañana en que contábamos las bancas y atónitos veíamos una retroexcavadora haciéndole cosquillas al espolón del Ever Given. Pero lo cierto es que en el propio Éxodo, muy explícitamente dice:
Moisés extendió su mano sobre el mar y Dios hizo soplar el fuerte viento del Este, durante toda aquella noche, transformando el mar en tierra seca. Y las aguas se partieron.
Ruaj Kedim, Viento Este, es uno de los nombres aceptados por la Academia del Idioma Hebreo para este fenómeno, que en verdad tiene un nombre distinto para cada país desde Marruecos hasta Irán (…). Lo importante es que el viento movió el barco y fue un tiempo ideal para memes, a costa de miles de millones de dólares y retrasos en el comercio internacional.”