“Esto ayudó a salvarle la vida a un amigo, así que me parece bastante importante de contar. Y es el poco costo que tiene, comparado a lo que puede llegar a costar”, tuiteó @pancheu el miércoles, con una foto de un aparatito agarrado a un dedo. “El aparato de arriba es un oxímetro / saturómetro. Mide (indirectamente) la saturación de oxígeno en sangre. En un contexto de hospitales saturados y pacientes covid en sus domicilios, no está mal tener uno en casa. Historia corta: mi amigo con (+) estaba en su casa, con fiebre, tos y dificultad para respirar. Hablaba con médicos por teléfono pero los síntomas eran ‘normales’. Pero tenía un oxímetro, y en un momento le marcó 83, lo dijo por teléfono y lo internaron urgente en UCI. Por suerte ya le dieron el alta, tras 5 días en su casa, 5 en UCI, 5 en intermedia y 5 en sala común. 40 años. Cuando mi viejo había tenido covid, su cardiólogo amigo también le recomendó tener uno para ir monitoreándose en una tablita diaria”.
Hoy leí un whatsapp en un grupo de trabajo: “Mis viejos ayer se hisoparon y les dio positivo y ahora están yendo a la clínica porque tenían la saturación de la sangre baja”. Fue la primera vez que veía ese dato. Me pregunté cómo lo sabrían, si será que tienen un saturómetro en la casa. Si lo tienen, fue útil, porque un rato después llegó otro texto: “Están internados con oxígeno”.
Hace un año, cuando empezamos a usar barbijo, me sentía en una serie de hospitales (como las que lista Martín Rodríguez). Ahora que los barbijos ya son una prenda de vestir (N18P05), sumamos a los electrodomésticos este instrumental médico. En 2014 hice una nota con la empresa Philips, y aprendí que habían vendido la operación audiovisual a una compañía japonesa para concentrarse en elementos de “salud personal”. Me explicaron que la población envejecía y los necesitaría.
Aquí se explica en qué casos es útil el oxímetro: “La evidencia de una saturación baja justifica la consulta médica”. Ayuda cuando los hospitales, justamente, se saturan.