¿Será demasiado tribunero ponerle el nombre de Cecilia Grierson, primera médica argentina, a la única vacuna contra el COVID-19 que se está desarrollando en el país? Es el que eligió el equipo de la Universidad de San Martín que la está llevando adelante. Según cuenta Juliana Cassataro, directora de la investigación, a Las 12, la vacuna está en una etapa de desarrollo preclínica. Los ensayos de laboratorio terminaron en diciembre; desde ese momento, están negociando con una empresa nacional para empezar con las fases posteriores. “Están produciendo los prototipos que nosotros encontramos en el laboratorio y empezando a ver cómo se escala y se produce. Cuando se termine la fase preclínica, con ensayos de toxicidad y cosas que se piden, se podrá empezar una fase uno en humanos, lo más pronto que se pueda”, explica Cassataro. Para esto, junto al Ministerio de Ciencia y la Agencia Nacional de Promoción Científica, están buscando financiamiento, al igual que otro centenar de vacunas alrededor del mundo. Los tiempos son inciertos: “Si todo sale perfecto, si consigo todo el financiamiento, si fuera un estado perfecto y todas las capacidades, uno dice un año y medio. Pero después te encontrás con la realidad, y no es eso”, se cubre Cassataro.
Esta misma semana supimos que el laboratorio Richmond escalará y producirá en Argentina la vacuna rusa Sputnik V, que aquí se llamará V.I.D.A.: Vacuna de Inmunización para el Desarrollo Argentino. Me gusta más Cecilia, pero el nombre es lo de menos.