Esta se la escuché a Jairo Straccia el 13 de abril, quedó afuera de la edición pasada y hoy es más pertinente. Los rigs son los equipos de torre de la industria hidrocarburífera, entre ellos las torres de perforación que hacen los pozos. El dato de Straccia era que los rigs estaban parados en Vaca Muerta, y esto frenaba la producción. Se debía a los cortes de ruta del personal sanitario de la provincia, que protesta por una paritaria escandalosa, donde los gremios ATE y UPCN firmaron con el gobierno provincial un aumento del 15% tras un año de pandemia y trabajo sin descanso.
Advertía Straccia que este parate en los rigs podía traer desabastecimiento energético en todo el país. Once días y 29 cortes de ruta después, ya se dice que no se alcanzará a cubrir la demanda de gas de mayo, y se está pensando en importar gas y gasoil. El personal de Salud, al que le suspendieron las vacaciones de 2020, no recibió ni una propuesta. Neuquén es una de las provincias más ricas del país gracias a las regalías del petróleo; el nivel de vida es alto, y el costo va a la par.
Las protestas llevan ya 58 días; un grupo autoconvocado reclama tanto al gobierno como a sus representantes sindicales. Arrancaron tras la firma de la paritaria, pero recién se les prestó atención cuando empezaron a cortar rutas estratégicas, a fines de marzo. Durante Semana Santa cortaron rutas turísticas; después, volvieron a las petroleras. Como dice la politóloga neuquina María Esperanza Casullo, esto “tiene que ver con los repertorios de protesta de Neuquén aprendidos históricamente: para cortar una ruta, tenés que cortar una que moleste”.
Neuquén sabe de reclamos y de mártires: ahí nació la palabra “piquete”, en el 96, cuando el tendal de desocupades tras la privatización de YPF cortó rutas en Cutral Có y Plaza Huincul. En esas mismas rutas la policía mató a balazos a Teresa Rodríguez (en el 97) y, diez años después, al docente Carlos Fuentealba. Hoy se exponen médicas y enfermeros.