El mismo jueves, Día de la Tierra, fue también la noche del cielo: la noche de la lluvia de meteoritos. Pero me la perdí.
El lunes vi pasar un tuit que decía “¿Cuándo se podrá ver la lluvia de estrellas líridas?”. Me gustó la palabra y me la guardé, pero no llegué a ver de qué se trataba. Recién hoy descubrí que dejé pasar una lluvia de estrellas fugaces. Leo en Página/12: “El fenómeno se da cuando la órbita de la Tierra se acerca a la zona de desechos que deja a su paso el cometa Thatcher, que orbita alrededor del Sol cada 415 años, si bien sus restos aparecen todos los años. Esos desechos se queman al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. A medida que la Tierra atraviese esa zona de escombros, grumos de polvo cometario, la mayoría de ellos no más grandes que los granos de arena, golpearán la atmósfera de nuestro planeta desplazándose a 49 kilómetros por segundo y se desintegrarán bajo la forma de rayos de luz. Las Líridas típicas son casi tan brillantes como las estrellas de la Osa Mayor”. Lo que, supongo, querrá decir que son casi tan brillantes como la Cruz del Sur. Su nombre viene de la constelación de Lira, que a su vez remite a la lira de Orfeo.
Zona de escombros, grumos de polvo de cometa hechos luz. Otra canción de Spinetta en un metaverso paralelo.
Mientras tanto en Shangai, otro de los mundos posibles, donde es de noche cuando aquí es de día y ya es el futuro, iluminaron el cielo con mil quinientos drones para formar… un código QR. Para bajar un videojuego.
No sé qué mensaje habrá formado la lluvia de meteoritos. Me la perdí. Aquí una cámara la filmó desde Córdoba (con bastantes nubes, puede pasar).
Todavía hacía calor en Buenos Aires anteanoche. ¿Vos viste pasar las Líridas? ¿Llegaste a pedirles deseos?