¿Dónde se guardan los terabytes de ilusiones hápticas? Como dice Stallman, la nube no existe: son enormes galpones con servidores que alojan datos, en países concretos, bajo legislaciones concretas. Se habló en Argentina en 2017 cuando el entonces ministro de Modernización firmó un acuerdo para alojar bases de datos públicos en Amazon Web Services. La discusión por los “fierros” digitales se recalienta con la guerra (no tan) fría entre Estados Unidos y China, más de información que de mercancías, si es que todavía hubiera alguna diferencia.
Encontré la palabra en un tuit de El Orden Mundial: “Trump ha respondido a China con su misma moneda: si tus empresas tecnológicas quieren jugar aquí, será bajo mis reglas. Lo de TikTok es una parte del nuevo tecnonacionalismo que amenaza al sector tecnológico y a la red”. Librenauta preguntó, “¿es soberanía de datos?” Me huele más al nacionalismo vieja escuela; la Wiki remite a Ciencia y Tecnología en China. Amurallar los datos: control híbrido.
Las cosas están así: Trump había prohibido descargar TikTok y WeChat en Estados Unidos desde el 20 de septiembre, a menos que la operación de TikTok en el país se vendiera a una compañía nacional. La empresa dueña, ByteDance, negocia con Oracle y Walmart mientras da pelea judicial. Lo de WeChat, la multi app del gigante chino Tencent, es más fuerte, porque se usa para todo: billetera electrónica, comunicaciones, red social; prácticamente, ciudadanía digital. Cualquiera que se contacte con alguien en China usa WeChat. Por eso, el domingo 20 una jueza congeló la suspensión.
El lunes, el editor del medio chino (atenti) Global Times dijo: “Estados Unidos reestructurando su participación y control sobre TikTok debe ser un modelo mundial. Las operaciones en el extranjero de empresas como Google y Facebook deben reestructurarse bajo control de empresas locales por motivos de seguridad”. Según la directora de la Fundación Vía Libre, Beatriz Busaniche, “ganó China”: el tecnocontrol se globaliza.