Está difícil ser niña. El 3 de septiembre, medios de Argentina, toda América latina y España reportaron que el ejército de de Paraguay había matado -algunos decían “abatido”- a dos guerrilleras “en un enfrentamiento”, y que creían que eran argentinas. Pocas horas después, algunos medios comenzaron a especular con que las guerrilleras fueran “menores de edad”. Ese mismo día, el gobierno paraguayo “confirmó que eran adolescentes”, y “denunció el reclutamiento de menores por parte del Ejército del Pueblo Paraguayo”, según reportó EFE. Un comisario aseguró que menores recibían “entrenamiento militar e ideológico de filosofía marxista”. Un forense aseguró que las muertas tendrían 15 y 17 años. El general Héctor Grau, ex comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta, aseguró que lo habían organizado tras ocho meses de inteligencia.
El 4 de septiembre todos los medios ya hablaban de dos niñas argentinas asesinadas en Paraguay. Se llamaban María Carmen y Lilian Mariana Villalba, tenían once años y eran primas. Vivían en Puerto Rico, Misiones. Según contó el lunes la madre de una de ellas, Miriam Villalba, habían viajado a Paraguay a conocer a sus padres, miembros de la guerrilla. El comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) Óscar Chamorro, que lideró el operativo, dijo que en el terreno no podían ver que eran niñas: “En ese momento la patrulla trata de ver qué es lo que tiene enfrente. Y ya determina que lo que tiene enfrente tiene uniforme verde, ya determina que tienen armamento en su mano, ya determina que tienen elementos tácticos”. Miriam Villalba asegura que esta versión es falsa, que su hija fue torturada y enterrada sin ropa. Dice que fueron ejecutadas y luego les pusieron uniformes camuflados, y cree que quemaron sus vestimentas para ocultar evidencia. El ejército dice que la ropa fue quemada por protocolo COVID. El COVID sirve para todo.