Pienso en las personas escribiendo los memorándums archisecretos de la NSA y es la definición misma de bullshit jobs del antropólogo David Graeber: “Una forma de empleo remunerado que es tan completamente inútil, innecesaria o perniciosa que incluso el empleado no puede justificar su existencia aunque, como parte de las condiciones de empleo, se sienta obligado a fingir que esto no es así”. ¿Suena? Graeber explicaba que estos “trabajos al pedo” causan un daño moral irreparable: “una cicatriz en nuestra alma colectiva”.
Antes de Bullshit jobs (2018), escribió otra decena de libros, como el enorme Deuda, los primeros 5000 años (2011) y Fragmentos de una antropología anarquista (2004). Lo descubrí por este artículo inicial de Bullshit jobs, y un textito que el Partido Pirata de Argentina tradujo y publicó: Sobre los autos voladores y la tasa decreciente de ganancia. Fue parte del movimiento Occupy Wall Street; cuando la revista Rolling Stone le atribuyó la autoría del slogan “somos el 99 por ciento”, él dijo que había sido una creación colectiva.
Graeber murió el miércoles pasado en Venecia, donde estaba de vacaciones junto a su esposa. Me puso ridículamente triste. Como dicen en las redes: Rest in Power.