Si ya estamos en Corea, no tengo cómo resistirme a otra palabra del libro ¡Hwaiting!:
“Chosim (sust.):
Corazón de principiante. La emoción y vitalidad de empezar algo nuevo. Ser un principiante es no perder nunca el asombro y la energía que movilizan nuestros sueños.”
Y así me siento. En general, en la vida, aunque pasen los años y las décadas y las nuevas olas me digan que ya soy parte del mar. Y en particular, con diezpalabras, cuando llega cada viernes a la noche: my own private shabat. La emoción y también el miedo, el no saber si esta vez va a salir, el deseo. Siempre empezando. Como canta Martín Buscaglia, no sé si es beneficio o maleficio: corazón de principiante, para bien y para mal.