Mientras tanto en México se abrió la tierra. En la comunidad de Santa María de Zacatepec, municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, se abrió un tremendo agujero en el medio del campo, de unos cien metros de diámetro y 20 de profundidad. Lo llaman “socavón”, y nadie sabe bien a qué se debe. El viernes temprano, se tragó la tapia de una casa cercana; la familia que vivía allí fue reubicada por el municipio.
““Ese es un cráter, no es socavón”, le dijo el campesino Alfonso Cuautle Tapale a El Universal. Como el cráter de Siberia (N02P01). Su hipótesis es que el agua que corre por debajo proviene del volcán Popocatépetl o el Iztaccíhuatl. Coincide con la de
Carlos Miguel Valdés, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, que dijo que la zona, por ser cercana al volcán Popocatépetl, está formada por depósitos de material del volcán que son cenizas, materiales finos, que tienden a desestabilizarse cuando se remueve agua del subsuelo.
“El Cenapred (Centro Nacional de Prevención de Desastres) ha determinado que es altamente posible que el origen del socavón se encuentre asociado a la presencia de flujos de agua subterránea”, anunció ayer la Coordinación Nacional de Protección Civil del Gobierno de México.
¿Por qué se movería el agua? “Es importante analizar las condiciones geológicas y extractivas de agua de manera regional. ¿Qué impactos negativos acumulativos afectan entre Huejotzingo y Juan C. Bonilla?”, tuiteó el Observatorio Ciudadano del Instituto de Gestión, Administración y Vinculación Municipal. El tuit muestra cuadros que listan 52 concesiones vigentes para la extracción de agua en los dos municipios. “Los permisos incluyen la Ciudad Textil, diversas industrias, embotelladoras de agua, dos refresqueras, constructoras, inmobiliarias y particulares, uso agrícola y de servicios público urbano”, detalla.
Puebla está sufriendo una sequía. Comunidades nahuas están denunciando que la embotelladora Bonafont, de Danone, está sobreexplotando el agua de la región.