Omm y a remar. Siento que, a fuerza de pandemia y debacle, en las discusiones sobre recursos naturales y desarrollo se empieza a mover -por fin- una aguja que parecía petrificada. Más allá de exabruptos como “ambientalismo falopa” o “fachodesarrollo” (N45P04), aparecen otros términos.
Uno promisorio es biodesarrollismo. Lo encontré en este artículo de Ernesto Semán en Panamá que merece lectura completa. Unas líneas: “Durante décadas y décadas, la creciente presión social por la preservación de la riqueza nacional no ha sido ningún impedimento para que el país sobrecultivara, deforestara, perforara y rociara con cuanto químico hubo disponible amplias zonas de su territorio, produciendo vacas, sojas, maíz, y otros productos primarios con un éxito notorio. Las preocupaciones ambientales recién tomaron fuerza en los últimos 15 años; me temo que Argentina lleva produciendo pobreza desde hace al menos medio siglo. Como bien señalan quienes buscan alternativas futuras en alguna forma de biodesarrollismo como base de una “coalición federal, popular y exportadora”, la inserción internacional deficiente y la recurrente crisis en la balanza de pagos parece intrínseca a cómo se ha pensado hasta hoy el sueño exportador.” Semán habla del “Modelo Argentino de Desarrollo Insustentable”, y remite a un artículo de Federico Zapata, “Biodesarrollismo: hacia una nueva coalición”.
Zapata se basa en la noción de bioeconomía y la lleva a biodesarrollismo en un paso audaz: un “nuevo paradigma de ideas (estrategia)” para “la construcción de una coalición contrahegemónica”. “Argentina encuentra una posibilidad inédita para reconvertir su patrón estratégico de desarrollo nacional e inserción internacional. (…) Supone optimizar el uso de recursos biológicos mediante procesos industriales de mínimo impacto ambiental (…) [para] intensificar la producción exportable de nuestro país, sin agravar el equilibrio ambiental (…) con trabajo digno y desarrollo territorial armónico (…). Recuperar un patrón de desarrollo e insertarnos en el mundo como un bio-poder medio.”