Mientras tanto, del otro lado de la cordillera, la empresa Aguas Andinas se declaró el jueves “en Alerta Temprana Preventiva por escasez hídrica en la Región Metropolitana”. Es decir, en la zona de Santiago, que se abastece de los ríos Maipo y Mapocho. Llamó a la población a “hacer un uso eficiente y responsable” del agua. “Esta es la peor sequía de la historia”, dijo el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.
“Esta condición de déficit extremo la denominamos hipersequía”, afirma René Garreaud, doctor en Ciencias Atmosféricas del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y subdirector del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2. Martín Jacques, también del (CR)2, sostiene: “Lo que ahora nosotros consideramos muy seco será la normalidad del futuro”. “La situación hídrica en Chile es crítica, agravada por una megasequía que se extiende por 12 años”, dijo el director de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, Giovanni Calderón. Hasta The Guardian destaca la megasequía, y muestra con fotos satelitales que parte de las cumbres de los Andes se están quedando sin nieve. “Si la situación de sequía continúa durante estos meses, nos enfrentaremos a un año 2021 de ‘hipersequía’, una condición de déficit extremo, superior al de la actual megasequía, con graves impactos para nuestro medioambiente, economía y sociedad”, dijo en una carta publicada ayer Maisa Rojas, directora del (CR)2 e investigadora de la Universidad de Chile.
En las redes culpan al proyecto hidroeléctrico Alto Maipo y a las plantaciones de paltos y eucaliptos. “El agua no debe ser un bien privado, menos en estas circunstancias” decía el periodista dedicado al clima Alejandro Sepúlveda en una nota publicada dos días después de que la OMS declarara la pandemia por COVID-19. “Un palto no puede tener más derecho al agua que una persona. Una plantación forestal no debiera concretarse si para eso les secarán pozos a las familias del sur.”