“¿Por qué un grupo de psiquiatras, médicos de la salud mental, que viven en Italia, España, Argentina, México, Chile, han decidido mezclarse con una problemática meramente política? Las respuestas a su pregunta y a la mía no son mías: están en las paredes de Valparaíso: ‘No era depresión era capitalismo’, ponen en las pintadas. Es una de las frases que más me ha golpeado, verdaderamente”, le dice Franco Bifo Berardi a Lala Toutonian en una entrevista en El Dipló de agosto. “Porque al mismo tiempo contiene un análisis de lo que es el capitalismo contemporáneo, esto es una fábrica de la infelicidad, una forma de producción masiva de la fragilidad psíquica que está vinculada con lo que es la precariedad laboral. Vinculada también con una condición donde los cuerpos no se encuentran porque cambian los signos codificados a través de una máquina. Es una generación frágil con una fuerte y lógica tendencia hacia la depresión. Afortunadamente, hoy las terapias son muchas pero me parece que la que mejor resulta es la insurrección, ha sido la sublevación, la creación de comunidades autónomas en las calles de la ciudad lo que dio aire. Y no solamente en Santiago, sino en Minneapolis, Chicago, y esas ciudades norteamericanas en la primavera de 2020. En el momento mismo de la violencia pandémica, de los muertos estadounidenses, negros, latinos y blancos precarios debieron enfrentarse a una alternativa. La metáfora psicoanalítica del ciclo pánico-depresión expresa adecuadamente el presente porque no es solo una metáfora, sino la sustancia de la que está hecho el proceso de subjetivación social.”