Todes escriben sobre carpinchos así que diré humedales, porque contrera y porque puedo; porque, como le expliqué a quien me dijo que se sentía “defraudado” por lo que consideraba una “omisión”, este es un ejercicio personal. Y porque en esta economía de la atención, redundar es una falta de respeto. (Resumen del carpinchogate, acá y acá; sumale huracán de memes y sobreinterpretación).
Vi un tuit que reivindicaba el derecho a hablar de los carpinchos porque el humor es importante, como para descansar un poco del bajón del cambio climático. Odio ser la aguafiestas que diga que los carpinchos de Nordelta son el cambio climático con patas. O, como mínimo, la crisis del antropoceno cortando la calle. Algo más que un meme bonito.
Humedales: de esas palabras que no entiendo cómo me llegó tan tarde; no la recuerdo de la escuela. “Un humedal es una zona terrestre cuya superficie se inunda temporal o permanentemente. (…) [Son] grandes reservorios de biodiversidad, vitales para la preservación y regulación del agua”, explican les Jóvenes por el Clima en este hilo. “Tienen la capacidad de almacenar, filtrar y regular los flujos de agua (…) como verdaderos protectores de inundaciones o sequías”. Ilustran con un dibujito. “[Son] los mayores sumideros terrestres de dióxido de carbono del mundo. Las turberas almacenan el DOBLE de carbono que los bosques del mundo.” Explican que se redujeron un 35 por ciento en 45 años por la avanzada agroganadera y el desarrollo inmobiliario.
Desde 2013 se presentan proyectos de ley para proteger los humedales en Argentina. Recién en 2020, cuando la ola de incendios aumentó la presión social, se logró dictamen en Diputados, pero no llegó a tratarse. El 12 salió de Rosario una travesía de 50 kayakistas que llegó a Buenos Aires el miércoles 18, y encabezó una masiva movilización convocada por la Multisectorial Humedales.
“Vamos a cubrir la crisis ambiental como cubrimos el aborto”, me dijo hace poco una periodista amiga. Buena idea. Bienvenidos los memes: aquí mi favorito.